La importancia de enseñar el evangelio a los niños en el hogar

“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”. Lucas 2:52

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Se conoce que los primeros años de vida son esenciales para el desarrollo vital de una persona. Es por ello, que desde pequeños se debe enseñar acerca de Jesucristo y su plan de felicidad.

Dentro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días la Primaria, es una de las organizaciones donde participan niños de 18 meses a 11 años. Y como indicó Joy D. Jones, en su discurso Conversaciones Esenciales en la Conferencia General de abril de 2021 de la Iglesia de Jesucristo de los Santo de los Últimos Días:

“aunque el nombre se refiere al aprendizaje espiritual que reciben los niños en sus primeros años, también es el recordatorio de una verdad poderosa. Para nuestro Padre Celestial, los niños nunca han sido secundarios; siempre han sido “primarios”.

Por esa razón, es importante que los niños aprendan acerca del Padre Celestial y su potencial divino como Sus hijos. Si bien la educación espiritual de niños se diferencia en cuánto a la forma didáctica de enseñar el evangelio, se encierran las mismas verdades que se comprenderán de una manera más elevada al pasar los años.

“Los niños tienen la capacidad de aprender todo. Es importante que desde pequeño ellos crean y puedan tener su testimonio de la Iglesia. He sido testigo de cómo aquellos niños que enseñaba cuando tenía 3-5 años ahora han llegado a ser obispos y grandes líderes en la Iglesia”, manifiesta Erika Flor, miembro del Barrio Boyacá, Estaca Machala.

Erika conoció la Iglesia hace 40 años a la edad de 4 años. Empezó a trabajar en la organización de la Primaria desde los 13 años. Ha cumplido con los llamamientos de maestra de la clase Rayitos de Sol (1989), maestra de Guardería, primera consejera de Primaria de Barrio, primera consejera de primaria de Estaca y, presidenta de la Primaria de la Estaca Machala.

En 1999, el presidente Henry B. Eyring enseñó “Los niños nos ofrecen la mejor oportunidad. El mejor momento para enseñarles es a temprana edad, mientras todavía son inmunes a las tentaciones [del] enemigo mortal y mucho antes de que sea más difícil para ellos oír las palabras de verdad en medio del tumulto de sus dificultades personales”.

En su discurso, Joy agrega que esta enseñanza los ayudará a percatarse de su identidad divina, su propósito y las grandes bendiciones que les esperan conforme hagan convenios sagrados y reciban las ordenanzas a lo largo de la senda de los convenios.

“No podemos esperar que la conversión sea algo que simplemente les suceda a nuestros hijos. La conversión accidental no es un principio del evangelio de Jesucristo. No llegaremos a ser como el Salvador por azar. Amar, enseñar y testificar en forma deliberada pueden ayudar a los niños a sentir la influencia del Espíritu Santo a una edad temprana. El Espíritu Santo es esencial para el testimonio de nuestros hijos y su conversión a Jesucristo.

Para Erika, la Iglesia complementa la enseñanza en el hogar, es por eso que los padres deben involucrarse y apoyar las actividades de los niños, como la conocida “presentación especial de la Primaria”, programa que se realiza de forma anual en la reunión sacramental donde los niños exponen los temas aprendidos durante el año.

Para Erika, las personas que prestan servicio en los llamamientos de líderes y maestros para las clases de los niños deben entender que la primaria es sinónimo de amor, y deben velar por el bienestar físico y emocional de los más pequeños, así como lo haría el Salvador.

De acuerdo a esto, en el Libro de Mormón en 3 Nefi 17:23–24 leemos que Jesucristo mandó “mirad a vuestros pequeñitos”.

“A mí me parece que la palabra mirad es de suma importancia y que implica algo más que simplemente “mirar y ver”. Cuando el Señor dijo a los nefitas que miraran a sus pequeñitos, creo que les estaba diciendo que prestaran atención a sus niños, que los contemplaran, que vieran más allá del presente y percibieran sus posibilidades eternas”, explica Michaelene P. Grassli.

Es importante considerar el valor de las conversaciones en familia sobre el evangelio de Jesucristo, conversaciones esenciales, que pueden invitar al Espíritu. Conversaciones que ayuden a poner los cimientos, un fundamento seguro, un fundamento sobre el cual, si [ellos] edifican, no caerán. “Cuando fortalecemos a un hijo, fortalecemos a la familia”, agrega Joy.

Alma enseñó que debemos “preparar la mente de [los] hijos”. Se está preparando a la nueva generación para que sean los futuros defensores de la fe, para que entiendan “que so[n] libres para obrar por [ellos] mismos, para escoger la vía de la muerte interminable, o la vía de la vida eterna”. Los niños merecen comprender esta gran verdad: la eternidad es algo con lo que no deben equivocarse.

Erika junto a su esposo Gabriel Toro, son testigos de cómo sus tres hijos: Mayerlie (19 años), Elías (18) y Annie Gabriela (11) han sido bendecidos por participar en la primaria y siguen con pasos firmes en el Evangelio; y, ahora su hijo se prepara para ser misionero de la Iglesia de Jesucristo.

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Gracias a la Primaria, Erika incluso encontró su vocación profesional, siendo actualmente Licenciada en Educación Parvularia. Diariamente trabaja con niños de tres años y confiesa que no hay mejor manual de aprendizaje que los de la Primaria, por lo que le atribuye su éxito de enseñanza a la Iglesia.

Hoy en la celebración del Día del Niño en Ecuador, se invita a los padres que usen los manuales que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene. Son libros inspirados por líderes y profesionales en la educación. El momento de empezar a enseñar a los niños sobre que camino escoger para ser felices es ahora. El Padre Celestial anhela ver de vuelta a todos los pequeñitos que ha mandado a la Tierra y no hay mayor celebración que ver a Sus Hijos andar por la vía recta del evangelio.

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