Esta semana pasada, a causa del fuerte temporal de lluvia, viento y granizo originados por la Sudestada, toda la costa norte del conurbano bonaerense volvió a ser afectada por terribles inundaciones y anegamiento de barrios completos, que causaron pérdidas materiales y humanas a muchos vecinos y vecinas de los diferentes distritos.
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La Sudestada es un fenómeno meteorológico común que afecta principalmente a la zona litoral Río de la Plata, es un tipo de viento muy fuerte que se mantiene durante varios días interfiriendo con el normal desagüe del rio, y por otra parte, la acción de las olas se adueñan del río provocando directamente un incremento en el nivel del mismo lo que produce el aumento del nivel del mismo sobre la costa y dificulta el drenaje de cauces menores y da lugar a inundaciones en las zonas aledañas a la costa como ser el delta del Tigre entre otras.
Otra característica saliente de este temporal es que las temperaturas descienden de manera abrupta lo que desencadena también precipitaciones que pueden oscilar de lloviznas moderadas a lluvias realmente intensas.
Entre la sudestada y la lluvia no había respiro ni oportunidad para sobreponerse.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, por medio del departamento de Bienestar del Área Sudamérica Sur, se contactó con las autoridades del municipio de Tigre, provincia de Bues Aires, para aportar nuestra colaboración a nuestros hermanos inundados, muchos de ellos evacuados en distintas dependencias del municipio
Sin pérdida de tiempo, se adquirieron ropa para niños, elementos de higiene personal y de aseo de viviendas para repartir entre nuestros hermanos necesitados.
Junto con el Departamento de Bienestar, los líderes de la Estaca Buenos Aires Litoral y el Elder Alfredo Salas de Asuntos Públicos, se coordinó el armado de kits de aseo y limpieza y ropa para niños a fin de ser entregada al municipio de Tigre
Decenas de hermanos se congregaron en la capilla de Lopez Camelo el martes 11 de noviembre para armar, preparar, embolsar y etiquetar la mercadería a donar, muchos de ellos llegaron desde sus trabajos directamente a la capilla y trabajaron toda la mañana y buena parte de la tarde.
Organizados al estilo de una línea de producción, adultos, jóvenes y niños contribuyeron desinteresadamente con su tiempo y esfuerzo en bien de los que más lo necesitaban