La lección de los zapatos que no coinciden

A todos nos gusta tener éxito en lo que hacemos, y nos gusta especialmente cuando otros notan lo exitosos que somos. Pero el éxito conlleva riesgos. Cuando los aplausos son fuertes y el centro de atención es brillante, es más difícil ver quiénes somos realmente. Afortunadamente, la vida tiene una forma de recordárnoslo.

Así sucedió con un conocido locutor de noticias que condujo las noticias de la noche durante 24 años. Años antes de que lo hiciera a lo grande, mientras su estrella aún estaba en ascenso como reportero, recibió la codiciada asignación de cubrir una elección presidencial. Ansioso por causar una buena impresión, se levantó temprano en la mañana de las elecciones, se vistió de traje formal y tomó un autobús a la ciudad de Nueva York. Antes de ir al estudio, se sentó a lustrar zapatos cuando el lustrador dijo: "¡Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vi esto!"

El periodista miró hacia abajo. Para su horror, se dio cuenta de que llevaba un zapato negro y un zapato marrón.

No hubo tiempo para comprar un nuevo par de zapatos. Su única esperanza era entrar silenciosamente y sentarse detrás del escritorio de entrevistas antes de que nadie se diera cuenta. Pero cuando abrió la puerta del estudio, estaban el presidente de la división de noticias, el presidente de la empresa y el presidente de la junta esperando para recibirlo. Tímidamente, hizo el largo camino hacia su escritorio, sus pasos resonando por todo el estudio. Estaba seguro de que todos vieron sus zapatos que no combinaban.

Más tarde escribió: "Siempre que empiezo a sentir confusión acerca de quién soy, o me tomo en serio el tratamiento de las estrellas, recuerdo el zapato negro y el zapato marrón".

No hay nada de malo en mantener la cabeza en alto, pero que no sea por aplausos o reconocimiento, sino por la satisfacción personal que proviene de la integridad, el trabajo duro, los actos de bondad y hacer lo que sabemos que es correcto. Y antes de auto felicitarnos por un trabajo bien hecho, podríamos hacer una pausa para asegurarnos de que nuestros zapatos combinen.