Todos fuimos creados para crecer. La vida es una aventura de aprendizaje y progreso, volviéndose un poco más sabio y mejor cada día. En este sentido, sin algún tipo de crecimiento o mejora, dejaríamos de vivir. Y esta vida, en la que estamos rodeados de compañeros de aprendizaje, es el mejor escenario para el aprendizaje.
De hecho, se podría decir que no existe el aprendizaje verdaderamente "independiente". Leer muchos libros puede expandir tu mente, pero conectarte profundamente con otra persona puede agrandar tu corazón. Estas palabras de un maestro sabio suenan ciertas: "Aprendí mucho en la escuela y de la lectura, pero aprendí más de las personas: vivir con ellas, trabajar con ellas, codearme con ellas, cometer errores con ellas. ... Las personas siempre han sido mis mejores maestros".
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Se ha dicho que si quieres llegar a ser sabio, trata cada conversación como una oportunidad para aprender. Preocúpate por los demás lo suficiente como para aprender de ellos. Podemos aprender algo de todos; las lecciones aprendidas de nuestras experiencias, el conocimiento obtenido del trabajo y el estudio, la perspectiva obtenida de los desafíos y el dolor. Nada se compara con la tutoría de la vida.
Por ejemplo, los niños obviamente pueden aprender mucho de padres sabios y experimentados. Pero no hace falta ser padre por mucho tiempo para darse cuenta de que los padres a menudo aprenden lo mismo de sus hijos. La vida familiar también nos enseña que aprendemos y crecemos más a través del cuidado de los demás y sobre ellos.
Un joven aprende sobre el coraje al ver a su madre luchar contra una enfermedad debilitante. Un padre aprende a ser más paciente al criar a un hijo voluntarioso. Una mujer joven adquiere una nueva perspectiva de la vida cuando visita a un vecino anciano para hablar, pero sobre todo para escuchar. Nadie es igual si aprovecha las oportunidades de aprender de los demás.
Las relaciones humanas son la materia prima que hace una vida rica, significativa y plena. Entonces, en lugar de usar a las personas y amar las cosas, las personas sabias usan las cosas y aman a las personas. Saben que en cada persona, en cada conversación, en cada experiencia hay una oportunidad para aprender.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)