Nota de prensa

La paz, al igual que un río

Los afanes del mundo siempre nos acompañarán, pero la paz, al igual que un río, puede correr por nuestras vidas; y no cualquier paz, sino Su paz

Puesto que Dios ama a Sus hijos, ha colmado este mundo de bondad y belleza que proclaman Su amor. Entre esas cosas buenas y hermosas se hallan los actos de personas generosas y la sencilla y majestuosa maravilla de la naturaleza, todo lo cual nos llena de esperanza y dicha, y nos insta a vivir con confianza, serenidad, y sin temor.

Todos necesitamos esas cosas, ya que, al mismo tiempo, este mundo ofrece mucho a lo cual temer. Las enfermedades, las guerras, el rechazo social, o la incertidumbre económica, pueden hacernos perder de vista las cosas que son bellas y buenas en el mundo.

Afortunadamente, Dios nos ha dado el poder de escoger entre el temor y la esperanza, entre la aflicción y la paz. Si bien no siempre podemos elegir los desafíos que se nos presentan, sí podemos tomar decisiones que nos llenan de la paz que el Señor da, a pesar de vernos rodeados de adversidad.

Un día, una joven se sentó tranquila a la vera de un río que corría por el centro de una amplia y agitada ciudad. Ella podía oír el rugir del frenético tránsito a ambos lados del río; podía oler el aire denso y saturado de la ciudad, y podía ver el estrés y la ansiedad en los rostros de las personas que pasaban cerca de ella. Pese a todo eso, también veía cómo las aguas del río corrían serenamente sin ser afectadas por lo que sucedía a sus orillas. “Veo los retos que están frente a mis ojos,” dijo, “pero no me abruman. Tal como el río, puedo seguir mi curso con paz en el corazón, con un lugar tranquilo en mi interior, al cual los afanes del mundo no pueden entrar”.

Jesús dijo, “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo” (véase Juan 14:27). En el mundo hay gran abundancia de bondad, y la mejor forma de hallarla es volcándonos hacia Dios —la fuente de todo lo que es bueno. Su amor está al alcance de todos, y también a cada uno extiende Su oferta de paz. Los afanes del mundo siempre nos acompañarán, pero la paz, al igual que un río, puede correr por nuestras vidas; y no cualquier paz, sino Su paz.

Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)

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