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El 31 de agosto marca el Día Internacional de la Solidaridad, una fecha que resalta la importancia de la cooperación y el apoyo mutuo en la búsqueda de un mundo más justo y equitativo. En este contexto, es relevante explorar la enseñanza de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en relación con la solidaridad, un valor central que se refleja en su mensaje y prácticas.
El mandamiento del amor al prójimo
La solidaridad es un principio intrínseco en la enseñanza de Jesucristo. A través del mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo, la Iglesia de Jesucristo enfatiza la importancia de la empatía, el servicio y la ayuda a quienes lo necesitan. El ejemplo de Jesucristo en su vida y enseñanzas resalta la necesidad de extender la mano amiga a quienes enfrentan dificultades y desafíos.
El cuidado de los más vulnerables
La Iglesia de Jesucristo pone un énfasis particular en el cuidado de los más vulnerables de la sociedad. A través de programas y acciones de bienestar, la Iglesia ofrece asistencia a quienes enfrentan adversidades económicas, de salud o sociales. Esta práctica ejemplifica la solidaridad en acción, ya que busca aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de aquellos que están en situación de necesidad.
La promoción de la justicia social
La solidaridad también se refleja en el compromiso de la Iglesia con la justicia social. La Iglesia aboga por la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, independientemente de su origen, género o condición social. A través de iniciativas de servicio comunitario y colaboración con organizaciones benéficas, la Iglesia promueve la equidad y el acceso a recursos básicos.
La hermandad global
La Iglesia de Jesucristo fomenta una sensación de hermandad global, donde los miembros se consideran parte de una familia más grande y se sienten conectados con personas de todo el mundo. Este sentido de comunidad trasciende las fronteras y culturas, promoviendo la solidaridad a nivel internacional. La Iglesia trabaja en colaboración con organizaciones y gobiernos para brindar ayuda humanitaria en momentos de crisis y desastres naturales.
Sobre el Día Internacional de la Solidaridad
El 31 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional de la Solidaridad eligiéndose esta fecha en honor al movimiento social polaco Solidaridad, que fue representado en 1980 por el gremio sindical ‘Solidarność’. Este movimiento fue uno de los tantos responsables de la caída del muro de Berlín en 1989. Es de destacar que su principal líder, Lech Walesa, haya sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1983 por promover ideales de la solidaridad no solo en su país de origen sino también en países alrededor del mundo. Lech Walesa se convirtió en presidente de Polonia entre 1990 y 1995.
El propósito de este día se basa en un principio básico que es el de la ayuda mutua o el ser solidarios con los otros, principalmente en los momentos donde las dificultades de la vida y los hechos políticos y sociales se ven alterados en el mundo. La solidaridad es la clave para vencer las injusticias y permite cerrar heridas que se han abierto por las desigualdades y la falta de oportunidades sociales.
Al conmemorar este día la ONU establece que cada país o pueblo sea libre de celebrarlo como mejor se adapte a las necesidades de sus habitantes. Lo importante en este día internacional es no perder de vista que toda actividad debe reflejar un espíritu solidario propiciado por el deseo del bien común.
La importancia de la solidaridad en la enseñanza de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es innegable. El compromiso con el bienestar de los demás, la empatía y la búsqueda de justicia social son valores fundamentales que guían las acciones de sus miembros. En el Día Internacional de la Solidaridad, la enseñanza de la Iglesia sirve como un recordatorio de la importancia de trabajar juntos para construir un mundo más compasivo, inclusivo y solidario.