Nota de prensa

La vocación de servicio en la Enfermería

En el Día Internacional de la Enfermería destacamos el importante servicio de quienes ejercen esta noble profesión para el bienestar de la sociedad.

La pandemia por el COVID-19 destacó en todo el mundo a las(os) profesionales en Enfermería, quienes valientemente ejercieron su labor a pesar de los peligros de enfrentar dicha enfermedad en primera línea.

El Día internacional de la Enfermería se celebra el 12 de mayo para conmemorar el nacimiento de Florence Nigthingale, quien mejoró el método de atención que se daba a los heridos de la guerra de Crimea, estas innovaciones dieron origen a lo que se conoce como la Enfermería moderna.

Con vocación de servicio

Ese sentimiento de servicio ha motivado a muchos miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para formarse en carreras profesionales que les permitan velar por el prójimo, como es el caso de la licenciada Rosa Mónica Chávez Cateriano y la estudiante Mayra Yañez Soria, quienes decidieron seguir la carrera de Enfermería y vivir experiencias dando alivio a quien lo necesita.

Rosa Mónica Chávez Cateriano, del Barrio La Legua, Estaca San Martín, es licenciada en Enfermería y trabaja en el Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión, “servir al prójimo mediante mi profesión, me hace sentir satisfecha. Es agradable servir, espiritualmente me siento bien cuando mi prójimo se está recuperando de sus dolencias”.

Chávez explica que el inicio de la pandemia fue una temporada muy difícil, “muchas personas fallecieron, era constante ver el dolor de las familias. A pesar de las duras escenas que veíamos a toda hora y todos los días, nos motivamos para brindar una mejor atención y luchar por la vida de nuestros pacientes, incluso muy a pesar del temor de ser contagiadas por el virus, sin embargo, la satisfacción de ayudar a nuestros pacientes y verlos salir de las camas UCI es indescriptible”.

“La carrera de Enfermería me permite servir a mi prójimo en momentos muy difíciles de su vida, doy gracias a nuestro Padre Celestial por tener estas experiencias, por ser un instrumento en sus manos al servicio de quienes desean recuperar su salud. Me siento muy feliz de ser enfermera”, declaró Chávez.

Por su parte, Mayra Yañez Soria, del Barrio Pescadores, Estaca La Libertad, es estudiante de Enfermería, va por la mitad de la carrera, y su decisión fue motivada por el amor que demostraba Jesucristo cuando servía a quienes necesitaban ayuda, “me enseñó a amarlos y saber que yo también puedo ayudarlos, no de la misma forma como el Salvador lo hizo, pero mi vocación por el servicio me ayudó a estudiar enfermería, carrera donde podré ayudar a mi prójimo”.

La temporada de la pandemia por la COVID-19, fue una temporada difícil. Mayra Yañez nos explica que lo afrontó con dificultad, “en la temporada de pandemia mis conocimientos sobre la carrera eran muy básicos, pero con lo poco que aprendí como aplicar una inyección intramuscular, medir la presión, manejar el oxímetro correctamente, pude ayudar a mi familia y vecinos”.

Sobre Florence Nigthingale

Nació el 12 de mayo de 1820, en una acomodada familia británica, donde el papel de la mujer se limitaba a su vida social, pero a pesar de su deseo de ser enfermera, se tuvo que enfrentar a la oposición de sus padres quienes consideraban que las mujeres de su clase social no debían trabajar.

En un viaje cultural a Egipto y Grecia. Nightingale, quien ya tenía 30 años, y el resto de viajeros pararon en Kaiserwerth (Alemania) donde había un hospital, este suceso le confirmó la vocación que ya sentía por la Enfermería, a tal grado que en poco tiempo regresó para estudiar dicha profesión.

Nightingale fortalecía su formación en Enfermería al visitar diferentes hospitales de Europa. En 1853, su entusiasmo le permitió ser directora de un sanatorio de señoras de alta sociedad en Londres (Reino Unido).

Cuando estalló el conflicto armado en Crimea, el secretario de estado para la guerra, Sidney Herbert, solicitó a Florence Nigthingale que vaya a la zona de guerra para dirigir a un equipo de enfermeras y brindar atención a los heridos.

De esta manera Nightingale lideró a un equipo de enfermeras, con quienes se instaló en el hospital de Scutari, encontrando un ambiente terrible para la atención de los heridos, quienes sufrían por falta de espacio, techos rotos, comida dañada, falta de agua potable, y espacios donde la suciedad multiplicaba la presencia de parásitos, generándose muchos casos de diarrea.

Ante dicho panorama, el equipo de enfermeras trabajó duro para limpiar, ordenar los ambientes, así como mejorar la calidad de la dieta que debían consumir los enfermos. Con la ayuda de ingenieros militares, solicitó el arreglo de las fugas de agua y mejorar el sistema de agua potable.

El trabajo de las enfermeras era arduo, pero la vocación de servicio de Nightingale la motivaba a hacer largas caminatas nocturnas donde se iluminaba con una pequeña lámpara, la cual le permitía comprobar el estado de los heridos, esta constante actividad le valió el sobrenombre de “la dama de la lámpara”.

En Reino Unido, reconocieron sus acciones, y un grupo de seguidores crearon el Fondo Nightingale para fundar una escuela de enfermeras, la cual se inauguró en 1860 con el nombre Escuela de Enfermería, Obstetricia y Cuidados Paliativos Florence Nightingale. Actualmente sigue operativa y forma parte del King’s College de Londres.

Florence Nightingale escribió varios libros e informes sobre Enfermería, entre ellos, destaca Notas de Enfermería (1860). En 1833, la reina le otorga la Real Cruz Roja y fue la primera mujer en recibir la Orden del Mérito en 1907.

Su labor abnegada por los enfermos, permitió que en 1870 se creara la Cruz Roja Británica, comité internacional del organismo, que otorga anualmente la medalla Florence Nightingale a enfermeras excepcionales.

En su honor, cada 12 de mayo, el día en que nació, se celebra el Día Internacional de la Enfermería. Nightingale falleció en su casa de Londres el 13 de agosto de 1910.

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