- Los misioneros se inclina Q'eqchi '
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Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
En noviembre de 2014 se aprobó enseñar Q’eqchi’ en el Centro de Capacitación Misional (CCM) de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de Guatemala. Dos años después de ese anuncio histórico, aproximadamente 50 misioneros asignados a la misión Cobán para enseñar en el idioma Q'eqchi’ han sido capacitados en el CCM. Es el primer centro de capacitación fuera de los Estados Unidos que enseña un segundo idioma, además del español.
Uno de los maestros, el hermano José Poóu (originario de Senahú, Alta Verapaz, Guatemala) dice que ha sido una gran bendición ser parte del programa desde que se inició. “Cuando regresé de la misión, me invitaron para poder ayudar en el departamento de traducción de la Iglesia”, dijo. “Casi dos años después se empezó el programa de Q’eqchi’ en el CCM y me invitaron ser maestro”.
Todos los misioneros que son llamados para hablar Q’eqchi’ hablan español. Los misioneros de Norteamérica también lo saben o, si no lo saben muy bien, vienen con una base del español.
El hermano Poóu dijo: “No hemos tenido tantos desafíos en el programa y he visto muchos milagros con el aprendizaje del idioma. Recuerdo bien el segundo grupo que vino al CCM. Era un grupo de siete misioneros y ellos se pusieron la meta de estudiar bastante y de memorizar muchas palabras, un poco menos de cien al día. Se pusieron la meta y estábamos ayudándoles bastante con la gramática, y fue increíble lo que lograron. Eran increíbles esos misioneros porque al final, ellos podían mantener una conversación con nosotros, los maestros”.
El presidente de la Iglesia, Thomas S. Monson, declaró: “Hay un idioma que todos los misioneros entienden: es el lenguaje del Espíritu. Es un idioma que no se aprende en libros escritos por hombres de letras ni por medio de la memorización o la lectura. El lenguaje del Espíritu lo aprende aquel que procura con todo su corazón conocer a Dios y obedecer Sus mandamientos. La capacidad para hablar en ese idioma permite que se derriben barreras, se superen obstáculos y se llegue al corazón humano” (Liahona, junio 1997).
Uno de los misioneros que recién salió del CCM donde fue instruido en Q’eqchi’, el élder Hair de Lehi, Utah, EE.UU. habló acerca de su llamamiento misional por el presidente de la Iglesia, el presidente Monson. “Leí mi carta diciendo que fui llamado para servir en la Misión Guatemala Cobán y dejé de leer más porque toda mi familia estaba muy animada. Pasaron 30 minutos cuando la miré de nuevo y me di cuenta que era para hablar otro idioma (Q’eqchi’) y no español. Ni siquiera sabía lo que era, y tenía que hacer una busca en Google”. También dijo que está muy emocionado de poder servir una misión y aprender Q’eqchi’. Añadió que el Q’eqchi’ ni siquiera es similar al español.
Otro misionero, el élder Hernández de Oaxaca, México dijo: “Cuando recibí mi llamamiento ni sabía cómo pronunciar Q’eqchi’, pero después de un tiempo fue más fácil entender y hablar. Estoy muy feliz aprender otro idioma”.
“Cuando leí la carta del presidente de la Iglesia asignándome a la misión Guatemala Cobán, me emocioné porque ya podía hablar español. Pero cuando vi la palabra Q’eqchi’, ni siquiera podía pronunciarla. Estaba animado y nervioso al mismo tiempo, porque cuando miré en el Internet vi que sólo medio millón de personas lo hablan. Ha sido bastante difícil aprender, pero con tiempo y mucho trabajo, ha llegado a ser más fácil”, comentó el èlder Lemmon del estado de Washington en los Estados Unidos.
Se puede decir que el programa de Q’eqchi’ ha tenido mucho éxito desde que se aprobó enseñarlo en el CCM de Guatemala. Además, cada semana cerca de 500 hombres y mujeres jóvenes de la Iglesia cuyas edades fluctúan entre los 18 y 25 años, dejan a sus familias, amigos, estudios escolares y carreras profesionales para servir una misión de tiempo completo y todo principia en uno de los 15 centros de capacitación de la Iglesia a nivel mundial.