Cada 24 de julio, los Santos de los Últimos Días en Utah y en todo el mundo celebran el Día de los Pioneros, una festividad oficial que ese estado de EE. UU. dedica a conmemorar al primer grupo de pioneros de la Iglesia que llegó al Valle del Lago Salado hace casi 175 años.
Recientemente, la Sala de Prensa de la Iglesia y otros medios de comunicación pasaron tiempo con varios de los líderes de la Iglesia en This Is The Place Heritage Park [Parque Patrimonial “Este es el lugar”] y en la azotea del Centro de Conferencias de Salt Lake City, Utah, en preparación para este día celebrado por los Santos de los Últimos Días.
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- M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, y Joy D. Jones, Presidenta General de la Primaria.
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Durante las entrevistas, tres de los líderes de la Iglesia a nivel mundial —M. Russell Ballard, Presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles; Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles; y Joy D. Jones, Presidenta General de la Primaria— compartieron sus pensamientos sobre la importancia de honrar la herencia pionera de la Iglesia, reconocer a los pioneros modernos independientemente de su nacionalidad y ofrecer orientación sobre la forma en que los santos de todo el mundo pueden crear sus propios legados.
Presidente Ballard: “Tenemos una gran historia; tenemos la gran historia pionera”
“No todos son descendientes de un pionero que cruzó las llanuras para llegar al valle”, dijo el presidente M. Russell Ballard, el Apóstol de mayor antigüedad del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Pero todos tenemos antepasados e, independientemente de nuestra nación, cultura y de dónde provenimos […] todos tenemos una herencia pionera”.
El presidente Ballard, originario de Salt Lake City, también es descendiente directo de Hyrum Smith, hermano de José Smith, quien fue el fundador y primer Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
“Mi madre fue una Smith. Joseph F. Smith (hijo de Hyrum) era su abuelo. Él es mi bisabuelo”, dijo el presidente Ballard. "Cuando él tenía solo 7 años, fue el encargado de los carromatos de uno de los hijos de Mary Fielding Smith".
Joseph Fielding Smith, quien llegó a ser el sexto Presidente de la Iglesia, se unió a su familia y a otros miles de santos al dirigirse desde Illinois al Valle del Lago Salado, un viaje de dos mil 100 km (1300 millas), para escapar de la persecución religiosa.
Se estima que entre 60 mil y 70 mil pioneros se organizaron en compañías y viajaron a Utah en carromatos o con carros de mano entre 1847 y 1868.
“Cuando uno lee esa historia y piensa en lo que pasaron ellos y los que tiraron de carros de mano, así como otros que simplemente caminaron todo el camino, ¡ay, caray!”, exclamó el Apóstol de 91 años.
“Cuando celebramos el Día de los Pioneros, deberíamos estar aclamando a quienes abrieron el camino hacia todo lo que tenemos en este gran valle”, continuó el presidente Ballard.
Sentado frente a la casa de su bisabuela Mary Fielding Smith, cerca de una estatua dedicada a la memoria de ella en This Is The Place Heritage Park [Parque Patrimonial “Este es el lugar”], el presidente Ballard describió su herencia pionera y explicó que las mujeres desempeñaron una función vital, tanto en el recorrido hacia el oeste como en los futuros legados pioneros.
“Uno lee y estudia esa historia, y comienza a estudiar la grandeza. Estudia la fe, el amor al Señor, la conexión con el Señor”, dijo él.
“Sin eso, nunca habrían podido hacer lo que hicieron”, agregó el presidente Ballard. “¡Gracias, Señor, por las grandes mujeres del mundo!”.
Además de las dificultades físicas que enfrentaron los pioneros mientras se dirigían a un nuevo hogar en el oeste, el Apóstol señaló que los primeros Santos de los Últimos Días tropezaron con otros tipos de desafíos en sus viajes.
“Nadie es perfecto; ellos no fueron perfectos”, dijo el presidente Ballard. “Pero yo diría que, mientras sufrían, mientras avanzaban y aprendían a conocer a Dios y al Señor Jesucristo a través de la fe de sus oraciones […], se hicieron más fuertes espiritualmente".
“Los pioneros aprendieron algunas grandes lecciones por los errores que cometieron”, dijo el presidente Ballard.
Señaló que las personas hoy en día tienen mucho más en común con ellos de lo que piensan.
“Esa es la búsqueda que todos tenemos”, dijo el presidente Ballard. “Estamos tratando de ser mejores personas”.
En preparación para las conmemoraciones del Día de los Pioneros, el presidente Ballard enfatizó que todos los miembros de la Iglesia pueden establecer una conexión con los sacrificios realizados por las generaciones pasadas de Santos de los Últimos Días.
“Dondequiera que viva la gente, allí están nuestros antepasados que fueron pioneros”, dijo. “Y cuando uno piensa en cómo salió el evangelio de Jesucristo al mundo y en las personas que lo aceptaron, ellos, a su manera, se convirtieron en pioneros en sus propios países".
“Tenemos una gran historia; tenemos la gran historia pionera”, dijo el presidente Ballard.
Élder Soares: “Cada miembro de esta Iglesia es un pionero”.
“Comencé a aprender sobre el legado de los pioneros cuando era un estudiante de Seminario en Brasil hace muchos años”, dijo el élder Soares, cuando se le preguntó qué sabía, antes de vivir en los Estados Unidos, sobre los Santos de los Últimos Días que cruzaron las llanuras hasta Utah.
“Realmente me inspiró su valor”, agregó él.
El élder Soares es de São Paulo, Brasil, y fue llamado como miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles en marzo de 2018.
Desde entonces, este líder de la Iglesia a nivel mundial explicó que su nueva asignación como Apóstol de la Iglesia le dio mayores oportunidades de aprendizaje y más aprecio por la historia de los pioneros Santos de los Últimos Días.
“Mi respeto y admiración por el legado de los pioneros ha crecido mucho desde que me mudé aquí a los Estados Unidos”, dijo el élder Soares.
A pesar de que ha pasado el tiempo, el élder Soares agregó que los santos de hoy en día tienen una responsabilidad especial.
“Los pioneros de la Iglesia nos han dejado un gran legado a las nuevas generaciones, y debemos continuarlo por medio de nuestro servicio”, dijo. “Me recuerda las enseñanzas del Salvador cuando dijo: ‘Por sus frutos los conoceréis’, porque los frutos de los pioneros son muy buenos.
“Hay muchas personas que sufren en estos días”, dijo el élder Soares. “Nuestra sonrisa, nuestro servicio y nuestros brazos extendidos realmente pueden mostrarles el amor que el Salvador tiene por ellos […]. Creo que esa es la mejor manera de honrar la herencia pionera”.
Aunque el Día de los Pioneros se celebra como una festividad oficial en Utah, el Apóstol brasileño señaló que los Santos de los Últimos Días modernos son pioneros a su manera, donde sea que vivan.
“Cada miembro de esta Iglesia es un pionero”, dijo él. “No importa si están aquí en los Estados Unidos, en Brasil, en Asia, o en África. Cada nuevo converso es un pionero porque está allanando el camino para su futuro”.
El élder Soares dice que ha recibido muchas cosas buenas como resultado de los sacrificios que hicieron los santos de su país natal que lo precedieron.
“Los pioneros de Brasil significan mucho para mí porque me allanaron el camino”, dijo el élder Soares.
“Soy el destinatario de las bendiciones que ellos, a través de su ejemplo, me [hicieron llegar]”, dijo él. “Estoy muy agradecido por ellos, por su influencia en mí, por sus esfuerzos por enseñarme y ayudarme”.
El élder Soares recordó cuando era un niño que asistía a la Iglesia, en Sao Pãulo, con muy pocos fieles. Hoy, Brasil es el hogar de casi 1,5 millones de Santos de los Últimos Días.
“Teníamos grandes líderes. Eran conversos de la Iglesia que hicieron grandes cambios en su vida”, dijo él.
“Nos ayudaron a ver más allá de nuestros ojos; nos ayudaron a ver nuestro futuro. A esas personas maravillosas les debo mucho de lo que está sucediendo hoy en mi vida”, agregó el élder Soares.
El líder de la Iglesia explicó que, aunque los santos brasileños y otros miembros de la Iglesia no celebran a los pioneros en una fecha específica como se hace en EE. UU., su legado se menciona a menudo, específicamente cuando se organizan nuevas congregaciones y se dedican edificios sagrados como los templos y los centros de reuniones.
“No celebro como descendiente de un pionero de Utah, sino que celebro como descendiente de un pionero latino”, dijo él.
Hermana Jones: “Ellos confiaron en Jesucristo y hoy, como pioneros modernos, nosotros también confiamos en Él”.
“Estamos muy ocupados en el presente y siempre estamos esperando el futuro, pero, a veces, nos olvidamos de mirar hacia atrás”, dijo la hermana Joy D. Jones, Presidenta General de la Primaria de la Iglesia.
“En ocasiones nos olvidamos de recordar. Y, sin embargo, edificamos sobre todas las cosas que se hicieron en el pasado y todas esas personas maravillosas que sacrificaron tanto”, dijo ella.
Como presidenta del programa mundial de la Primaria de la Iglesia, que presta servicio a más de 1 millón de niños, la hermana Jones expresó su confianza en la función vital que desempeñan los adultos para ayudar a los más jóvenes a comprender y desarrollar las cualidades que los primeros pioneros demostraron mientras se abrían camino hacia el oeste de los Estados Unidos.
“Podemos vivir con las características que tanto honramos y respetamos de nuestros primeros santos: valor y fe, amor, resistencia y esa fuerza de la que rebosaban todos los días de su vida, un día a la vez”, dijo la presidenta Jones.
“A medida que vivimos con esas características, las compartimos con nuestros niños, somos un ejemplo de ellas”, agregó.
La hermana Jones dijo que, además de dar un ejemplo a los niños, los adultos deben enseñar a sus hijos sobre su historia familiar.
“A medida que los niños entienden a sus familias […] se vuelven más fuertes y más resilientes, tienen un mejor fundamento. Se dan cuenta de que son parte de algo más grande que ellos mismos, que tienen un lugar importante y una función importante que desempeñar”, dijo ella.
Durante la migración de los Santos de los Últimos Días desde Nauvoo al valle del Lago Salado, cientos de menores acompañaron a sus familias, quienes recorrieron los senderos hacia el oeste.
Una página de la Historia de la Iglesia que explica la emigración de los pioneros Santos de los Últimos Días a mediados del siglo XIX dice que los miembros de la Iglesia que perdieron la vida sufrieron enfermedades que eran comunes en ese tiempo, como el cólera y la disentería.
Otros riesgos incluyeron accidentes a lo largo del camino, como ser atropellados por los carromatos o sufrir una estampida.
En This Is The Place Heritage Park [Parque Patrimonial “Este es lugar”] hay un monumento dedicado a más de 650 niños que perdieron la vida de camino a Utah.
“Quizás los niños de hoy no enfrentarán desafíos del mismo tipo, pero también enfrentarán desafíos”, dijo la hermana Jones. “Y nuestros niños pueden mirar a esos niños y darse cuenta de que fue difícil para ellos, que hicieron cosas difíciles”.
La hermana Jones contó que su bisabuela Helen nació en la ruta pionera, 10 días antes de que sus padres llegaran al valle del Lago Salado, en la parte trasera de un carromato.
“Ese fue su comienzo, y creció trabajando duro, sacrificando mucho, pero algo que me llamó la atención fue su ejemplo cuando tenía 15 años”, dijo la hermana Jones.
Ella describió cómo Helen cuidaba a su propia madre diariamente, quien estaba mal de salud. Como resultado, Helen crio a sus nueve hermanos y hermanas.
“Simplemente me maravillo de las cosas que logró, y hoy pienso: ‘Su ADN está en mí, yo también puedo hacer cosas difíciles’”, dijo la hermana Jones. “No puedo imaginar el viaje que experimentaron”.
La hermana Jones explicó que, cuando las personas eligen enfrentar los desafíos con fe, “podemos acercarnos a otros, podemos servir a los que nos rodean como lo hicieron ellos y podemos confiar en nuestro Salvador Jesucristo, tal como ellos lo hicieron.
“Los primeros pioneros confiaron en el Salvador […] y hoy, como pioneros modernos, también confiamos en Él”, continuó diciendo ella.