Durante los próximos meses, compartiremos algunos de los principios eternos de Dios presentados por Richard L. Evans, J. Spencer Kinard y Lloyd D. Newell , todos ellos ex presentadores de este programa. Hoy compartimos un mensaje eterno dado hace 64 años en esta misma sala, titulado "El ritmo, el propósito, los principios".
"Con frecuencia oímos decir que los tiempos han cambiado”. Lo dicen los jóvenes. Otros también lo afirman. En cierto modo, es cierto. Pero es una afirmación que puede ser seriamente engañosa. Muchas cosas han cambiado, algunas para mejor, otras para peor. De alguna manera, debemos adaptarnos a los tiempos y ser lo suficientemente flexibles para enfrentar los hechos.
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El ritmo ha cambiado, sí. Pero no el propósito ni los principios. Que nadie se engañe acerca de la flexibilidad en relación con los principios fundamentales. No podemos permitirnos ser flexibles en asuntos de honestidad. No podemos permitirnos el lujo de ser flexibles en cuestiones de virtud, por anticuada que parezca la palabra. La flexibilidad no debe significar abandonar los buenos modales, la moral sana, las obligaciones honorables, ni dejar de lado los mandamientos o alterar las leyes básicas de la vida. Debemos ser cuidadosos ante los cambios, y saber cuándo es seguro ser flexibles y cuándo es imperativo permanecer firme. Cambiar la superestructura —el revestimiento y las modas— es una cosa, pero alterar los cimientos es otra.
"El ritmo ha cambiado, pero el propósito y los principios no. Las antiguas reglas de honestidad, moralidad, responsabilidad —'mandamientos', si así es como queremos llamarlos—, e incluso la voz interior llamada conciencia, siguen siendo lo que siempre fueron, sin importar cómo hayan cambiado los tiempos, cuán modernos nos sintamos o cuán flexibles puedan ser otras cosas."
("El ritmo, el propósito, los principios", por Richard L. Evans, "Música y Palabras de Inspiración” (Music & la Palabra Hablada), 19 de marzo de 1961.
Música y Palabras de Inspiración ( Music & the Spoken Word )