El sentido común no siempre es una práctica común. Sabemos que tenemos que estar preparados para los días de lluvia en el futuro, y sin embargo lo posponemos. Esperamos, olvidamos, o creemos que el tiempo tormentoso no llegará pronto. Pero luego viene, como siempre lo hace, tarde o temprano, de una manera u otra, para todos nosotros.
Como todos hemos aprendido, el mundo puede cambiar en un instante. A medida que la pandemia se ha extendido, atacando aquí y allá, ha traído consigo otros problemas grandes y pequeños. Los desafíos no son conocidos por esperar su turno, y además de todo lo demás, hemos visto desastres naturales, disturbios sociales y problemas económicos que se aceleran a un ritmo inusual.
Con el caos y la incertidumbre que nos rodea, todos hemos sentido la necesidad de comprobar nuestras reservas temporales, emocionales y espirituales.
| Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
La sabiduría se puede encontrar en la verdad de que si estamos preparados, no tenemos por qué temer. Es cierto que no podemos anticipar cada evento, cada calamidad, que puede venir por nuestro camino. Pero cuando hay tanto sobre la vida que no podemos controlar, podemos controlar nuestra preparación.
¿Cómo? ¿Cuáles son algunas cosas realistas y prácticas que podemos hacer ahora para prepararnos mejor?
Podemos tratar de recortar un poco cada mes para reservar un poco de dinero o comida para un futuro día de necesidad. Tal vez podamos fortalecer nuestras relaciones — y construir otras nuevas — para que cuando lleguen tiempos oscuros, tengamos una red de apoyo emocional. Podemos prepararnos mentalmente esforzándonos por ser un aprendiz de por vida, buscando maneras de ampliar nuestra mente y expandir nuestra comprensión.
Emocionalmente, podemos prepararnos promoviendo la paz y la bondad, evitando la contención y la animosidad en sus muchas formas. Y podemos fortalecernos espiritualmente recurriendo a Dios — aquel en el que siempre podemos confiar y esperar su ayuda — orando y meditando con más gratitud y una perspectiva más amplia y eterna.
No hay mejor momento que ahora para empezar en el camino de la preparación. Paso a paso, poco a poco, una preparación cuidadosa nos dará una sensación de seguridad y confianza, y una mayor medida de paz. Incluso en tiempos aterradores, aquellos que están preparados no temerán.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)