El espíritu de la Navidad brilló intensamente en Guayaquil el pasado sábado 7 de diciembre de 2024, cuando la Romería Plaza se convirtió en el escenario del Festival Navideño Interreligioso “Luz de Paz”. Este evento, cargado de simbolismo y unión, reunió a más de 700 personas y a diversas comunidades religiosas para celebrar la fe, la unidad y la riqueza cultural de la ciudad, ofreciendo una noche inolvidable llena de arte, música y mensajes de esperanza.

Coro de Miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos DÍas dirigido por Iván Fabre integrante de la Oquesta Sinfonica de Guayaquil y miembro de la Iglesia.
© 2024 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.Organizado con el propósito de reunir a distintas confesiones religiosas en torno al mensaje universal de amor y paz que inspira la Navidad, brilló por su atmósfera de unidad y su variada programación. La planificación y organización del evento contó con el apoyo fundamental de los miembros de la Estaca Samborondón, quienes colaboraron en todos los detalles para que esta celebración fuera un éxito.
Representantes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia Bautista, la Iglesia Cristo Vive de Guayaquil, las Asambleas de Dios, comunidades evangélicas y la Iglesia Católica participaron activamente, creando una plataforma única para el diálogo interreligioso y la colaboración. Este evento no solo celebró la Navidad, sino que también mostró la importancia de la unidad en la diversidad religiosa, en un esfuerzo conjunto para promover los valores de paz y fraternidad entre las comunidades
El evento comenzó con unas palabras de bienvenida a cargo del élder Enrique Mayorga, líder eclesiástico de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Este mensaje inicial marcó el tono de una velada donde la espiritualidad y el arte se entrelazaron para transmitir un mensaje universal de esperanza y fraternidad.
Entre los momentos más destacados del festival estuvieron las interpretaciones musicales de Allison Romero, representante de las Asambleas de Dios, quien encantó al público con villancicos clásicos como “Santa la Noche” y “Noche de Paz”. La Escuela de Gimnasia Rítmica Romadera deslumbró con su habilidad y gracia, mientras que el grupo de danzas folclóricas Tradición y Cultura Juyayay y Raíces ofrecieron vibrantes homenajes a las tradiciones ecuatorianas.
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Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
El talento cristiano también se hizo presente bajo la guía del maestro David Rodas, con voces angelicales que llenaron de emoción el ambiente, mientras el inolvidable requinto del Grupo Querube, representando a la comunidad católica, evocó recuerdos y alegrías al ritmo de villancicos tradicionales, finalizando con músicos bautistas demostrando su talento musical.
La música continuó siendo el alma del festival con la destacada participación del Coro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, dirigido por el maestro Iván Fabre. Junto a la Banda "Manes que Ayudan", ofrecieron un cierre espectacular con la interpretación de “Ven a Cantar,” un himno a la unidad y la esperanza. Además, Sofía Soledispa, una talentosa joven no vidente, cautivó a todos con su impresionante voz, añadiendo un toque especial de emoción y belleza al evento. Su actuación fue un verdadero testimonio del poder de la música para trascender barreras y unir corazones.
“Luz de Paz” no solo celebró la Navidad, sino también el poder transformador de la unión en la diversidad. Líderes religiosos y participantes destacaron la importancia de estos encuentros para fortalecer los lazos entre comunidades y promover valores como la empatía, la solidaridad y la paz.
El pastor Marco González, de la Iglesia Bautista, expresó: “Eventos como este nos recuerdan que, aunque nuestras tradiciones puedan ser diferentes, todos compartimos un deseo común: vivir en un mundo lleno de amor y comprensión.”

El evento cerró con todos los artistas unidos en una emotiva interpretación del villancico “El Burrito Sabanero,” uniendo sus voces y corazones en un poderoso mensaje de fraternidad y bajo el ruido de los fuegos pirotécnicos que cerraban este festival.
El élder Enrique Mayorga resumió el espíritu del festival con estas palabras: “Este evento muestra que el espíritu navideño trasciende las barreras religiosas y culturales. Juntos, podemos construir una sociedad más unida y compasiva.”

Guayaquil despide este festival con la esperanza que la Navidad sea el espíritu de dar sin esperar nada a cambio; la felicidad que surge al ver la alegría en los demás. En olvidarnos de nosotros mismos para encontrar tiempo para los demás; en despojarnos de lo que no tiene importancia y enfocarnos en los valores verdaderos. Es paz, porque hemos encontrado paz en las enseñanzas del Salvador. Que sea la época en la que nos damos cuenta de que, mientras más amor demos, más amor habrá para compartir con los demás.