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Respuesta solidaria ante el desastre
El 25 de diciembre, un incendio devastador afectó cuatro viviendas en el sector Casalla Chica, calle Miguel Grau Seminario, en el distrito de Túpac Amaru Inca, Pisco. La emergencia, que ocurrió alrededor de la 1 a. m., dejó a varias familias sin hogar en una fecha que suele ser de alegría y unión familiar.
En respuesta a la tragedia, la alcaldesa del distrito, Dra. Fresia Choccña Sánchez, pidió personalmente el apoyo del obispo Henry Jhonatan Gutiérrez Ubaqui, líder del Barrio La Villa de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Un servicio coordinado y dedicado
Bajo la dirección del hermano Jesús Nina, consejero del obispado del Barrio La Villa, y Walter Balarezo Ramos, presidente del cuórum de élderes, los miembros de la Iglesia pusieron en marcha un plan de acción inmediata. Se convocó al grupo de voluntariado de la Iglesia, llamado "Manos que Ayudan", conocido por su servicio altruista en la comunidad, el cual se movilizó los días 26 y 27 de diciembre para realizar las siguientes tareas:
- Limpieza exhaustiva de la zona afectada por el incendio.
- Construcción de un módulo de triplay para proporcionar un espacio seguro donde la familia Lisbet Barrios Alache y sus seres queridos pudieran pernoctar.
Además, la Sociedad de Socorro del Barrio La Villa recolectó víveres y otros artículos de primera necesidad para apoyar a los damnificados en este difícil momento.
Esperanza y comunidad en acción
Este esfuerzo conjunto fue un recordatorio del compromiso de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de servir al prójimo, especialmente en tiempos de necesidad. La familia beneficiada expresó su agradecimiento por la rápida respuesta y la ayuda recibida, la cual les permitió comenzar a reconstruir sus vidas.
Inspirados por el ejemplo de Jesucristo
La actividad no solo alivió las necesidades inmediatas de las familias afectadas, sino que también fortaleció los lazos entre la Iglesia y la comunidad de Túpac Amaru Inca. Al seguir el ejemplo de Jesucristo, quien enseñó a amar y servir a los demás, los miembros demostraron cómo pequeños actos de bondad pueden tener un impacto significativo.
Esta experiencia sirve como testimonio del poder del servicio desinteresado y de cómo la unidad puede transformar incluso los momentos más oscuros en oportunidades para compartir luz y esperanza.