Cuando el ángel Gabriel visitó a María para anunciar que ella había sido escogida para dar a luz al Salvador del mundo, le hizo saber que su prima, Elisabet, igualmente estaba embarazada aunque era de edad avanzada. María decidió ir a visitar a su prima, sabiendo que el niño que llevaba Elisabet también era el resultado de un milagro de Dios.
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Según el Nuevo Testamento María salió “de prisa” a un pueblo de una distancia de aproximadamente 160 kilómetros para hacer la visita, la cual duró casi tres meses. Cuando llegó María su prima exclamó que al escuchar su salutación su bebé “saltó de alegría”. Elisabet sabía que María iba a ser la madre del Mesías así como entendía que su hijo, cuyo nombre sería Juan, tenía la misión de preparar la vía para Jesús.
Juan fue el único profeta del Nuevo Testamento que fue encargado de profetizar en cuanto a la venida del Salvador. Todos las demás declaraciones bíblicas se encuentran en el Antiguo Testamento, menos la afirmación de Jesús mismo de que Él era el Hijo de Dios.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días afirma que el relato bíblico de Juan y Jesús es verdadero e invita a todos a contemplar los mensajes de los videos que acompañan este artículo.
(Número dos de tres partes)