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Miembro de la Iglesia de Jesucristo recibe máxima distinción “Birrete de Oro”

Ivone Marlene Pino es reconocida con el “Birrete de Oro” al destacarse profesionalmente.

El pasado 5 de agosto en la ciudad de Sucre, Bolivia se llevó a cabo un importante reconocimiento a profesionales bolivianos, denominado “Birrete de Oro”, donde un total de 21 profesionales destacados fueron reconocidos.

La máxima distinción es otorgada por la Confederación Nacional de Profesionales de Bolivia, que celebró su aniversario LXVI.

Entre las personalidades meritorias que recibieron el “Birrete de Oro” estuvo Ivone Marlene Pino Ortiz, quien es miembro de La Iglesia de Jesucristo. La hermana Pino estudio en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Andrés se recibió en febrero de 1973, como Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posteriormente obtuvo un diploma en Altos Estudios y tiempo después recibe el título de Maestría en Seguridad Defensa y Desarrollo con nota sobresaliente.

Realizó un diplomado en España y fue becada por el Consejo de la Judicatura Español en Derecho Administrativo en Barcelona y Acceso a la Justicia en Galicia.  También llevó numerosos cursos y seminarios cuyos certificados forman parte de su hoja de vida.

En su trayectoria laboral, trabajó en las oficinas de la iglesia COPIJSUD, en Impuestos Internos, asesoró Tecnofarma, fue contralora departamental de Cochabamba y contralora departamental interina en Santa Cruz.

Le invitaron a ser juez del Partido Coactivo y Tributario para luego en mayo de 1999 ocupar un lugar en la Sala Plena de la Corte Superior de Justicia de Cochabamba, habiendo sido Decana de dicha Sala.

Presidió las salas administrativas laborales, Penal III y Penal I durante el tiempo que sirvió como Magistrada. Enseñó  por más de 25 años en la Universidad Católica San Pablo de Cochabamba, y actualmente enseña en la Universidad del Valle.

El equipo de la Sala de Prensa tuvo el honor de entrevistarla. 

Sala de Prensa (S.P.): Que nos puede decir de Marlene  Pino?

Marlene Pino: Nací un 16 de mayo de 1948, tengo 75 años cumplidos. Mi madre, Martha Noemi Ortiz Yepez, una mujer que me legó su coraje y fuerzas para enfrentar los desafíos, fue la que me impulsó a estudiar Derecho, "esa es tu vocación " me dijo. Ahora sé ciertamente que no se equivocó. Mi padre Oscar Pino Caero, me enseñó a amar la lectura y a soñar con cumbres altas y el desafío de alcanzarlas. Conocí La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el año 1967, fue mi papá quién invitó a los misioneros para que nos den las charlas. Después de algunos meses de investigar la Iglesia, nos bautizamos, papá, mamá y yo.

No puedo decir que tenía un fuerte testimonio en ese entonces, pero creía fuertemente en nuestro Padre Celestial y en mi Salvador. Mi testimonio fue creciendo día tras día, mes tras mes, año tras año, hasta convertirse en el pilar más fuerte de mi vida.

Cuando ingresé a trabajar a la entonces Renta Interna, hoy Impuestos Nacionales, conocí al que sería mi esposo, el doctor Carlos Mateo Terán Álvarez, un hombre a quién fue un privilegio conocer y una bendición compartir su vida. Él no solo me dio alas para volar sino que también me impulso a hacerlo. Gracias a su apoyo y ayuda logré todo lo que tengo hoy y alcancé mis cumbres soñadas. Tuvimos tres hermosos hijos, dos niñas y un varón, los amamos y compartimos los dos, no solo en su educación y formación, también en enseñarles a amar a Dios sobre todas las cosas, en otras palabras a " amar y temer a Dios" y a guiar sus pasos por ese amor y ese temor. Actualmente, dos de mis hijos tienen su propio hogar y tengo tres nietos, dos pequeños y una princesa.

Mi vida no estuvo exenta de pruebas y dificultades, mi madre murió tras sufrir una larga y extenuante enfermedad que nos causó mucho dolor y una tarde, cuando salía del templo, me avisaron que mi papá había fallecido en un accidente de tránsito. Solo mi fe pudo sostenerme, solo el saber que formamos familias eternas me dio fuerzas para seguir adelante o cuando escuché el diagnóstico sobre mi hija amada de "cáncer" o cuando mi pequeño nieto volvió al cielo con apenas 36 horas de nacido. Supe de lágrimas amargas, y cuando recuerdo todavía duele. Aprender a aceptar la voluntad divina es un gran desafío, pero conocedora de Su amor, me sometí y me someto a Su voluntad.

La partida de mi esposo es un vacío que nunca se llenará; solo espero el momento en que cruce el velo y lo vuelva a ver en nuestro hogar eterno.

S. P.: ¿Cómo nació el amor por su profesión?

Marlene Pino: Ejerciéndola, día a día. Siempre me ha molestado la injusticia y el autoritarismo, no puedo evitarlo. Puedo tolerar un comportamiento hasta cierto punto intransigente o testudo, pero no acepto la injusticia o el verticalismo con abuso de poder. Por eso mi amor a la Justicia, sin que importe a quién me enfrente por defenderla.

S.P.  ¿Existe relación entre Dios y su profesión?

Marlene Pino: Yo relaciono mi profesión con las enseñanzas divinas. Aunque la justicia del hombre es apenas un pálido reflejo de la justicia divina, debemos esforzarnos por acercarnos a esa justicia. Yo sé que el hombre es completamente libre para tomar sus propias decisiones y sé también que tiene que enfrentar las consecuencias de esas decisiones, por eso al ejercer la judicatura siempre traté de que el responsable asuma la consecuencia de sus decisiones sin agravar su situación ni minimizar la responsabilidad.

Sentía piedad por el acusado pero sabía que tenía que asumir su castigo y cumplir su pena. Nunca sentí placer al condenar a una persona, pero apliqué la ley sin que me tiemble la mano.

S.P.: ¿Qué significado tiene para usted el reconocimiento que le dieron?

Marlene Pino: A nivel nacional, se me reconoce como un "profesional meritorio, notable e influyente", constituye para mí un gran honor y la certeza de que se puede ejercer una profesión con honor, veracidad, y honestidad. En un principio parece que nadie lo nota, parece que vamos contra la corriente, que hasta parecemos "tontos" pero vale la pena, vale la pena ser "diferente" un día lo reconocen, aunque como en mi caso, debamos esperar 50 años. Tuve, tengo, muchos reconocimientos, hermosas plaquetas muy conceptuosas, pero esta última es muy especial. Es como si me dijera “valió la pena ser como eres” y ¿viste? lo notaron"

S.P.: ¿Qué mensaje le da a la juventud emergente?

Marlene Pino:  Lo mismo que digo a mis estudiantes: " se puede ejercer con la verdad, se puede luchar contra la injusticia, se puede ser un ejemplo de rectitud" no te harás rico materialmente, pero seguro contarás siempre con la bendición de Dios.

S.P.: ¿Qué es lo más importante en su vida?

Marlene Pino:  Todo lo que soñé se hizo realidad en el tiempo del Señor. Viaje, conocí, disfruté de mi compañero eterno, de las risas y travesuras de mis hijos, aprendí mucho. No busqué protagonismo alguno, todo llegó por la bendición de nuestro Padre Celestial. Lo más importante fue y será siempre en mi vida poder cumplir los convenios que hice con mi Padre Celestial. Quiero volver a ver a mis seres queridos, quiero volver a ver a mi esposo, quiero vivir en mi hogar Celestial.

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