Luego de dos años de pandemia, miembros de la Rama El Emporio en la Ciudad de Villavicencio, viajaron al templo luego de unos meses de preparación. Fueron 15 personas, entre ellos 8 jóvenes de la Rama que asisiteron al templo. Juan José Egred compartió: "Volver a la casa del Señor fue una experiencia maravillosa. Lo más importante para mí fue volver a sentir que estaba en el templo, me sentí tranquilo y como si fuera mi hogar”.
Egred añadió: “Pude recibir revelación personal acerca de cómo mejorar mi vida y cómo estoy ante los ojos de Dios, recuerdo que mi madre y mi maestra de la Primaria me han enseñado que el templo es el lugar más sagrado sobre la tierra y que el Espíritu Santo es mucho más audible allí, su influencia es mayor en nuestros corazones”.
Valeria Silva Egred, indicó: “Yo sé que nuestro Padre Celestial nos ama y quiere que volvamos a Su presencia. Él siempre tiene su mano extendida, solo tenemos que acercarnos. Sé con toda seguridad que el templo es el lugar más sagrado en el que podemos estar y por eso allí podemos realizar las ordenanzas más sagradas. Siempre me siento feliz y cerca al Salvador cada vez que voy al templo”.
También, miembros de la Rama Porvenir (50 personas) asistieron y participaron de actividades sagradas y edificantes. Esteban Encinales Olaya, de 13 años, declaró: “en anteriores oportunidades que asistí no había podido realizar ninguna ordenanza, pero ahora realicé bautismos y confirmaciones por las personas fallecidas, una de las más grandiosas metas que teníamos con mi familia era de sellarnos como familias eternas, paso que logramos dar”.
La joven María José Ayala Yaguará, aseguró: “Mi experiencia en el templo fue algo que jamás había sentido, desde que entré pude sentir paz en mi mente y corazón, al lado de mi familia realicé la ordenanza del sellamiento para la eternidad, desearía que todas las familias del mundo sintieran esas experiencias”.
Dana Zharick García Fuentes, de la Rama Porfía, conoció el Templo de Barranquilla en enero, luego viajó para visitar el Templo de Bogotá, junto a su familia, ella dijo: “Desde pequeña mis padres me infundieron ese amor por el templo y lo sagrado que hay allí, recuerdo que me decían `abraza el templo, el templo tiene poder desde allí fuera`, eso ha significado mucho para mí hasta hoy, esperaba con ansias cumplir mis 12 años para poder entrar”.
El presidente John Taylor declaró que estamos aquí para colaborar con Dios en la salvación de los vivos y en la redención de los muertos, en la tarea de hacer llegar las bendiciones a nuestros antepasados y en la de derramar bendiciones sobre nuestros hijos.