Mobiliario escolar donado por la Iglesia de Jesucristo beneficia a más de 7,500 estudiantes en Honduras

El martes 6 de mayo, en la sede del Sistema de Centros de Innovación Tecnológica y Agrícola (SCITA) en la ciudad de Comayagua, Honduras, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a través de su programa de Servicios Humanitarios y en coordinación con la Secretaría de Educación, realizó la entrega oficial de mobiliario escolar destinado a centros educativos del departamentos de Francisco Morazán, Olancho y Comayagua.

La donación incluyó escritorios y pizarras nuevas que beneficiarán directamente a más de 7,500 estudiantes de 195 escuelas públicas, fortaleciendo así el entorno de aprendizaje en dichas instituciones.

Durante el evento, estudiantes y miembros de las comunidades beneficiadas ofrecieron un acto musical tradicional como muestra de agradecimiento por esta significativa contribución, la cual impactará positivamente en su proceso educativo.

El representante del Ministerio de Educación, Rene Recarte, expresó su agradecimiento por el apoyo brindado: “Sentimos nosotros que esta ayuda va a venir a lograr que esos centros que están en lo rural de nuestro país llegue este mobiliario”, destacando el impacto positivo de esta colaboración en la educación de miles de niños hondureños.

Por su parte, el élder Patricio M. Giuffra, segundo consejero de la Presidencia de Área de Centroamérica de La Iglesia de Jesucristo señaló: “sabemos que la educación es una herramienta poderosa para romper ciclos de pobreza… Estos escritorios y pizarrones que hoy entregamos son una expresión de nuestra fe en potencial divino de cada niño y niña hondureña”, enfatizando el compromiso de la Iglesia con el servicio desinteresado y el bienestar de las comunidades.

Al evento asistieron autoridades el centro educativo, maestros y estudiantes, así como los lideres eclesiásticos de la Iglesia de Jesucristo.

Estas acciones reflejan el compromiso permanente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con el desarrollo integral de la niñez hondureña, como una expresión concreta de amor al prójimo y servicio comunitario.