Hay algo acerca de estar en una montaña que nos ayuda a sentirnos más cerca de Dios. Eso ha sido así desde la antigüedad. Fue en la cima de una montaña donde Moisés escuchó al Señor llamándolo desde una zarza ardiente (ver Éxodo 3:1-6). Y cuando Jesús tuvo una experiencia espiritual especial para compartir con Pedro, Santiago y Juan, los llevó a una montaña (ver Lucas 9:28-36).
¿Por qué suceden tantas experiencias divinas en la cima de una montaña? Estar en la cima de una montaña nos acerca físicamente a los cielos, pero hay más que eso. Tal vez no sea la elevación de la cima, sino el trabajo que se necesitó para llegar allí lo que nos acerca a Dios. Es nuestra voluntad de escalar la montaña, no solo la montaña, lo que es sagrado para el Señor.
Después de todo, Él nos envió aquí para crecer, para estirarnos, para mejorar. Es a la vez estimulante y, a veces, agotador. Justo cuando pensamos que por fin hemos conseguido un objetivo digno, miramos hacia adelante y descubrimos que aún quedan otras montañas por escalar.
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Por lo tanto, seguimos escalando, confiando en que cada paso positivo nos acerca a la realización de nuestro potencial. Establecemos metas, incluso metas pequeñas, y luego las alcanzamos, una a la vez. A lo largo del camino, la altitud aumenta lentamente, pero lo más importante es que nuestra actitud también mejora. Encontramos más paz, más confianza y ganamos más control sobre nuestras vidas.
Tal vez por eso Dios invitó a Moisés a la montaña, porque Moisés no era la misma persona al pie del Sinaí que en la cima. Es la subida lo que nos cambia. De alguna manera, la vista desde la cima parece más hermosa y el aire de la montaña más refrescante debido a la subida.
Todo esfuerzo por cultivar una relación, por tender la mano a alguien que lo necesita, por aprender de nuestros errores y volver a intentarlo, todo esfuerzo de este tipo es sagrado para el Señor. Por supuesto, es posible que todavía tengamos un largo camino por recorrer para convertirnos en las personas amables, pacientes y compasivas que Él sabe que podemos ser. Pero con Su ayuda, llegaremos allí, un paso y un día a la vez, como si estuviéramos escalando una montaña.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)