En una reunión devocional de la Universidad de Brigham Young el 20 de agosto de 2013, el élder M. Russell Ballard del Cuórum de los Doce Apóstoles, expresó: ”Jamás olvidemos que somos hijos e hijas de Dios, iguales ante sus ojos, con diferentes responsabilidades y capacidades asignadas por Él…Los hombres y mujeres desempeñamos funciones diferentes, pero igualmente valiosas”…“Muchas veces, la voz de las mujeres en el consejo de barrio es la voz más importante que un obispo puede oír”.
El mundo se ha encargado de minimizar y tergiversar el rol fundamental de una mujer, menoscabando su potencial e influencia; e incluso, algunos poseedores del Sacerdocio no comprenden la doctrina y actúan con injusto dominio, sin embargo, la verdad del Evangelio brinda un claro conocimiento de su misión en el Plan de Salvación, y ahora más que nunca se requiere de su aporte y participación.
Isabel Baquerizo, asesora de área en Ecuador, comparte su testimonio de fe y dedicación en una entrevista. Ella declara: En calidad de mujeres tenemos una misión especial en el Plan del Señor y debemos desarrollar nuestro potencial divino, mediante dedicación y determinación al buscar al Salvador con vehemencia para recibir respuesta a nuestras súplicas.
La hermana Isabel, quien ha servido en diferentes llamamientos, se describe como una apasionada en adquirir y vivir el Evangelio de Jesucristo; ya que busca la guía constante del Señor mediante la lectura de las Escrituras y actúa bajo las impresiones del Espíritu Santo, lo que le ha ayudado para enseñar, ser creativa y mantener el equilibrio en el hogar.
La oración constante es parte de la diaria rutina de la hermana Isabel para recibir respuesta y orientación en sus llamamientos. Considera que una mujer de La iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, debe alimentarse espiritualmente para ser instrumento en la obra del Señor.
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Isabel Ortega junto a su esposo Renzo Baquerizo y sus hijos: Katrina, Renzo, Ismael, Jonatán y Sarita2021 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.La hermana Isabel reconoce la ayuda de su esposo en toda orientación espiritual; manifiesta que siempre ha sido su apoyo constante para adquirir luz divina, mediante el manto del Sacerdocio que él posee. También ha desarrollado el don de discernimiento y sensibilidad en los diferentes llamamientos en los que ha servido. En su hogar, dice la hermana, tienen el lema: “Trabajo y llamamiento es de la familia”; por lo que todos se apoyan en la preparación y dedicación.
Finalmente, la hermana Baquerizo en su entrevista aconseja a los varones y esposos jóvenes, que amen a sus esposas, que confíen en ellas, que las escuchen y animen a descubrir sus dones. Que las bendigan y transmitan esa paz que necesitan en cada desafío.
Finalmente, recordemos las palabras del presidente Joseph Fielding Smith que dijo: “No hay nada en las enseñanzas del evangelio que declare que los hombres son superiores a las mujeres… El llamamiento más noble y ensalzador de todos es el que se ha dado a las mujeres como madres de los hombres. Las mujeres no poseen el sacerdocio, pero si son fieles y leales, llegarán a ser sacerdotisas y reinas en el reino de Dios” (Doctrinas de Salvación, tomo III, págs. 167–168).