Las mujeres de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días:
- Representan una amplia variedad de nacionalidades, razas, culturas y experiencias.
- Son madres, tías, hermanas e hijas.
- Están casadas y solteras, con y sin hijos.
- Trabajan en casa y fuera de casa.
- Viven en grandes ciudades y en pueblos pequeños.
- Participan en la Sociedad de Socorro, una organización de la Iglesia para mujeres.
- Están unidas por su amor por Jesucristo y su Eevangelio.
¿Qué hacen las mujeres de los Santos de los Últimos Días?
- Llevan una vida de servicio y fe: Las mujeres de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días buscan acercarse a Jesucristo y servir a otros como Él lo haría. Rezan para ser
guiadas a cómo servir y a saber lo que Dios quiere que hagan.
- Fortalecer a las familias: Los Santos de los Últimos Días creen que las familias son
fundamentales para el plan de Dios para Sus hijos, y que son la unidad básica de la
sociedad. Es por esto que, ya sea que estén casadas o solteras, las mujeres de los Santos
de los Últimos Días buscan construir y fortalecer a personas y familias que las rodean.
- Servir como misioneras: A partir de los 19 años las mujeres pueden ofrecerse como
voluntarias para servir por 18 meses como misioneras de tiempo completo. Las y los misioneros
dejan sus hogares por su cuenta para enseñar el evangelio de Jesucristo en más de 100
países alrededor del mundo.
- Dirigir y enseñar en la Iglesia: Las mujeres cumplen distintos roles en la Iglesia entre los
que se encuentran dirigir organizaciones y dar pláticas. Cada nueva responsabilidad es una
oportunidad para aprender lo que Dios quiere que aprendan.
¿Por qué lo hacen?
- Convenios: en el bautismo y en los santos templos, los miembros de la Iglesia hacen un convenio o promesa de amar a Dios y servirle a Él y a Sus hijos.
- Discipulado: las mujeres de la Iglesia siguen a Jesucristo sirviendo a otros y confiando en Su gracia y fortaleza en sus vidas.
- El trabajo de Dios: el propósito de la Iglesia es ayudar a todas las personas a hacer y guardar sus convenios, de tal manera que puedan regresar al presencia del Padre al terminar esta vida y vivir así con sus familias eternamente. Las mujeres forman parte esencial de este trabajo.
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