Un grupo de mujeres y otros miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, realizaron una jornada de actividades para niños con habilidades especiales. El evento se realizó en el Centro Crecer, especializado en la educación de niños, niñas y jóvenes con dificultades cognitivas y su principal objetivo fue servir y compartir el amor de Jesucristo por los niños.
Las mujeres pertenecientes a la Sociedad de Socorro, recogieron donaciones de juguetes para llevar a un grupo de más de 30 niños y niñas, de diferentes edades, que hacen parte del Centro Crecer, ubicado en el Barrio Galán. Este centro abrió sus puertas para que las hermanas, misioneros y otros miembros, dieran a estos pequeños una mañana de diversión y felicidad con cantos, juegos y bailes.
Madeleine Garzón, presidenta de la Sociedad de Socorro, dijo: “Fue una de las experiencias más gratificantes, porque siempre pensamos en servir a nuestro prójimo que está al lado, pero nunca pensamos en servir aquellos que aún nos necesitan más, como son estos niños. En su pequeño mundo quizás no comprendieron lo que hicimos, pero nosotras sí, fuimos nosotras las que fuimos enseñadas en esa mañana”. Garzón agregó: “Para mí como presidenta fue de inmenso valor compartir con ellos y pude sentir que realmente nosotros somos muy bendecidos, porque tenemos nuestros cuerpos, nuestra salud y todo en perfecto estado, pero Él tiene hijos aún más especiales. No tengo duda de que esta obra es verdadera y que el Señor vive”.
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Por su parte, Mercedes Ocariz, consejera de la Sociedad de Socorro, dijo: “Compartir con los niños fue algo muy hermoso, fue algo edificante y regocijante. Fue mucho más que solo dar regalos, ya que ellos fueron el regalo más preciado. Había un niño que cantaba y lo hacía con un sentimiento que hacía que todos quisieran cantar con él... Yo me sentí dichosa al ser parte de esa iniciativa, y me encantaría volver a verlos. Ver a cada uno de esos niños, era ver el amor puro del Salvador”.
Gustavo Rosas, director del Centro Crecer, agradeció personalmente el servicio prestado y la felicidad y el amor que se les compartió a los niños ese día: “las puertas están abiertas siempre, gracias por su labor” dijo.
Los miembros de La Iglesia de Jesucristo dedican especial atención a los niños, ya que cuando el Salvador estuvo en la Tierra, declaró en Mateo 19: “Dejad los niños venid a mí”, mostrando lo importantes que son para Él. Los miembros de la Iglesia creen que cuando las personas manifiestan amor y respeto por los más pequeños, ellos pueden recordar que son hijos de Dios.