Nícholas Garciasalas ya ha hecho cosas que la mayoría de los niños de su edad sólo sueñan. A casi 14 años de edad, ha viajado por América Latina, América del Norte y Europa.
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Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Lo que le ha llevado a estos lugares es una habilidad que ha perfeccionado desde que tenía tres años: el karate y el kick-boxing.
Cuando era un niño, tenía tanta energía que sus padres, David Eduardo Garciasalas y
Silviamaria de Garciasalas, buscaban una manera de quemar esa energía y le matricularon en clases de karate.
“Yo tenía mucha energía cuando tenía tres años, así que mis padres me involucraron con el karate como una forma de liberar esa energía”, dice Nícholas. El experimento dio frutos. Once años más tarde, ha participado en 150 campeonatos y ha ganado más de 350 trofeos, pero según su mamá, “todavía tiene esa energía”.
Nícholas, quien es miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, atribuye gran parte de su éxito a vivir las normas de la Iglesia, incluyendo la Palabra de Sabiduría, que es una ley de salud revelada por el Señor para el bienestar físico y espiritual de Sus hijos. El Señor reveló al profeta José Smith, el primer presidente de la Iglesia, qué alimentos son buenos para nosotros y qué sustancias no son buenas para el cuerpo humano. También prometió salud, protección, conocimiento y sabiduría a aquellos que obedecen la Palabra de Sabiduría.
"Guardar la Palabra de Sabiduría me ha ayudado mucho. También, siempre cuando voy a un viaje, mi papá me da una bendición para ser protegido. El mes pasado, cuando estaba en Budapest, fui llevado al hospital con heridas en las costillas, pero me mantuve tranquilo debido a la bendición que mi padre me había dado. Yo sabía que estaría bien”, dice Nícholas.
Nícholas ha participado en ligas competitivas como SKIL (Liga Deportiva Karate Internacional) en la que ha ganado ocho títulos, la Liga Nacional de Cinturones Negros (NBL), en la que ha ganado un título y un gran campeonato, el único en Centroamérica en combate en 27 años. También ha ganado ocho títulos en la NASKA (North America Sport Karate Association) y un título en la WAKO (Asociación Mundial de Kickboxing).
A pesar de todo su éxito, Nicholas ha puesto su deporte en la perspectiva apropiada. Dijo que le gustaría participar en las Olimpiadas un día, pero su objetivo principal es servir una misión para la Iglesia. “Estoy planeando servir una misión cuando sea mayor. Creo que el servicio a los demás es importante y es lo que nuestro Padre Celestial quiere que hagamos. Soy diácono (en la Iglesia), y eso me ha dado muchas oportunidades de servir a otros”.
Vivir los estándares de la Iglesia es importante para él y siente que puede ser ejemplo para los demás al hacerlo. “Siempre trato de ser un buen representante de la Iglesia cuando voy a las competencias”.
Nícholas da mucho crédito de su éxito a su entrenador, Andrés García que viaja con él a todas las competiciones. “Mi entrenador, Andrés García, ha sido mi entrenador desde chiquito y me ha ayudado mucho”.
Ver a su hijo participar en deportes de alto contacto como karate y kick-boxing puede ser cosa difícil para los padres. Su madre dice que es difícil para ella verlo competir, “pero lo soportamos”. “Para mí verlo hacer esto, verlo pelear, es muy difícil. De mamá sí es difícil. He asistido a campeonatos en que lo tenían que sacar de la competencia para llevarlo al hospital. Siempre me pongo nerviosa al verlo pelear, pero lo soportamos porque es lo que a él le gusta hacer”.
Gran parte de su éxito es resultado de la estricta disciplina y dedicación al deporte y la decisión de no competir los domingos, y más éxito le espera a Nícholas, no por lo que ya ha logrado, sino por quién es y por los valores que mantiene.