Nota de prensa

Oración y trabajo

La oración y el trabajo son frecuentemente compañeros cercanos. Confiamos en que Dios, en Su bondad, responderá a nuestras oraciones, más aun cuando hacemos todo lo que esté en nuestras manos para hacer que sucedan cosas buenas

Durante el último año, muchos de nosotros hemos sentido la necesidad de pedir la ayuda del cielo más que nunca. Cuando el mundo está en confusión o encerrado, cuando nuestra forma de vida normal parece estar al revés o a la deriva, nos damos cuenta, como nunca antes, de que nuestra propia fuerza y sabiduría no son suficientes.

Cuando nos quedamos atónitos al ver lo rápido que el mundo puede cambiar, naturalmente buscamos algo o alguien confiable e inmutable.

En otras palabras, nuestros pensamientos se han vuelto más a Dios. Muchos que no habían orado mucho en el pasado han comenzado, y muchos de los que ya oraron han encontrado sus oraciones cada vez más fervientes y más sinceras.

Así que tal vez estar un poco conmocionados, como todos nos hemos sentido recientemente, no quiere decir que todo está mal. No pedimos a pasar por esto, pero estamos agradecidos por nuestra conexión más fuerte con Dios. Y estamos agradecidos por lo que hemos aprendido sobre la relación entre la oración y el trabajo.

Una cosa que hemos aprendido fue expresada por el líder religioso presidente M. Russell Ballard no hace mucho tiempo. Él dijo: "No importa dónde vivas, qué idioma hables o los desafíos a los que te enfrentes, Dios te escucha y te responde a Su manera y en Su propio tiempo. Debido a que somos Sus hijos, podemos acercarnos a Él para buscar ayuda, consuelo y un renovado deseo de hacer una diferencia positiva en el mundo" (véase "Mirad por lo tanto, y orad siempre", Liahona, noviembre de 2020).

Sin embargo, agregó entonces este importante recordatorio: "Orar por la justicia, la paz, los pobres y los enfermos a menudo no es suficiente. Después de arrodillarnos en oración, tenemos que levantarnos de las rodillas y hacer lo que podamos para ayudar, para ayudarnos tanto a nosotros mismos como a los demás".

Consideremos, por ejemplo, las vacunas que tan milagrosamente han llegado al mundo en tan poco tiempo. Este milagro, como todos los milagros, seguramente vino de una combinación de millones de oraciones sinceras y millones de horas de trabajo duro. La oración y el trabajo son frecuentemente compañeros cercanos. Confiamos en que Dios, en Su bondad, responderá a nuestras oraciones, más aun cuando hacemos todo lo que esté en nuestras manos para hacer que sucedan cosas buenas.

La oración no sólo trae bendiciones del cielo; también saca lo mejor de nosotros. Es más probable — y más inspirado — hacer obras poderosas después de levantarnos de la oración poderosa.

Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)

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