La oración es una forma primordial de comunicación entre Dios y Sus hijos. Desde los primeros tiempos, los hombres y las mujeres han invocado a Dios en busca de ayuda y dirección (véanse Moisés 5:4; Génesis 4:26). A medida que aprendemos la verdadera relación que cada uno de nosotros tiene con Dios, a saber, que Él es nuestro Padre y nosotros somos Sus hijos, la oración se vuelve natural e incluso instintiva de nuestra parte (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, "Oración").
"La oración es una forma de trabajo" (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, "Oración"), y se necesita trabajo para orar con verdadera intención, verdadero deseo y verdadero significado y sentimiento detrás de nuestras palabras. Algunos han llamado a este tipo de oración profundamente atractiva "oración poderosa" (ver Enós 1:4).
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La oración poderosa, sin embargo, es más que solo palabras. De hecho, no es necesariamente la duración de nuestras oraciones lo que importa, sino la fuerza de las mismas. Y la fuerza de nuestras oraciones aumenta a medida que oramos fervientemente y con frecuencia. La oración poderosa también incluye escuchar con la intención genuina de actuar de acuerdo con lo que escuchamos. Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, dijo lo siguiente: "Nuestras oraciones pueden ser, y deben ser, conversaciones vivas con nuestro Padre Celestial" (véase "¡Piensa en lo celestial!", por Russell M. Nelson, Liahona, noviembre de 2023, pág. 118).
Piensa en eso: en una conversación viva con Dios. Algunos podrían preguntar: "¿Es eso realmente posible?" La respuesta es un rotundo "¡Sí!" Los cielos no están cerrados. Las Escrituras enseñan: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá" (véase Mateo 7:7).
En un sermón titulado "El trono de la gracia", el predicador bautista Charles Spurgeon dijo: "La verdadera oración es un acercamiento del alma al trono de Dios por el Espíritu de Dios. … La verdadera oración no es un mero ejercicio mental, ni una interpretación vocal, sino que es mucho más profunda que eso: es comercio espiritual con el Creador del cielo y la tierra" (ver "El Trono de la Gracia", por Charles Spurgeon, El Centro Spurgeon de Predicación Bíblica del Seminario del Medio Oeste, spurgeon.org).
A medida que nos acercamos al trono de Dios por medio de la oración ferviente, podemos disfrutar de conversaciones vivas con Él.
La oración poderosa conduce al aprendizaje, la curación y los milagros. La oración poderosa conduce a la dirección, las respuestas y la conexión con Dios.
Que cada uno de nosotros se esfuerce por orar con todas sus fuerzas, buscando conversaciones vivas con el Dios vivo. Al hacerlo, podemos estar seguros de que Él escuchará nuestras oraciones y que nos responderá de acuerdo con Su tiempo y Su tierno amor.
Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)