Nota de prensa

Para siempre es Su misericordia

La misericordia del Señor puede ser una presencia continua y constante en la vida de las personas

Si el Salmo 136 tuviese un título, bien podría ser, “Para siempre es Su misericordia”. Esa frase se repite en cada uno de los 26 versículos del salmo. El salmista escribe en cuanto a varios modos en que el Señor ha expresado Su misericordia a lo largo de los siglos; pero este salmo es más que una lección de historia. Uno percibe que el salmista no solo se refiere a la misericordia, sino que la vivió.

Y también la vivimos todos nosotros, aun cuando no siempre reconocemos la misericordia que Dios extiende. Piense en las coincidencias que algunos identificarían como pequeños milagros en su vida. Tal vez fue cuando alguien expresó palabras de consuelo en momentos de angustia; o al momento en que lo visitó un amigo justo cuando algo de ayuda. Piense en los momentos en que sintió paz y tranquilidad ante circunstancias difíciles. Esas son las tiernas misericordias del Señor que duran para siempre.

Qué gran consuelo ofrece esa promesa, puesto que todos necesitamos misericordia. Todos tropezamos, sufrimos, y no cumplimos con lo esperado. Pero el Señor perdona, es bueno, compasivo, y paciente para siempre.

En cierto sentido, hacemos que Su misericordia perdure para siempre cuando somos misericordiosos con los demás, y al hacerlo, quizá recibamos misericordia de los modos más inesperados. Así le aconteció a la madre de una niña de dos años. Muchas veces, cuando la pequeña lloraba en busca de consuelo, la madre le acariciaba la frente y le cantaba hasta que se dormía. En una ocasión, cuando la joven madre se sentía agotada, se acostó en el piso de la sala. Tras un breve momento, su hijita comenzó a acariciarle la frente y a cantarle suavemente. La niña trató de dar a su madre una porción de la misericordia que ella tan libremente había recibido.

Cuando la vida se hace difícil, cuando se cometen errores, cuando nos sentimos solos y olvidados, podemos buscar la misericordia de Dios, y siempre la hallaremos. Su amor es imperecedero, y Sus bendiciones están al alcance de todos cuantos confían en Él.

“Para siempre es Su misericordia”. Así como esa frase es continua y constante en el Salmo 136, la misericordia del Señor puede ser continua y constante en nuestras vidas. Nuestros pesares y problemas son pasajeros porque “para siempre es Su misericordia”.

Fuente: Música y Palabras de Inspiración

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