Paraguay celebra el Día Internacional de la Libertad Religiosa 

En el mes de octubre, se conmemora el Día Internacional de la Libertad Religiosa, una fecha establecida por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el año 2020 para reafirmar y proteger el derecho de cada persona a vivir y practicar sus creencias conforme a su conciencia.

La libertad religiosa, reconocida y protegida tanto por las leyes nacionales como internacionales, permite a los paraguayos practicar su fe y compartir sus creencias de manera libre. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que celebra este derecho fundamental, lo considera un pilar en su misión espiritual. Según los Artículos de Fe de la Iglesia, "Reclamamos el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de nuestra propia conciencia, y concedemos a todos los hombres el mismo privilegio: adoren como, donde o lo que deseen" (Artículos de Fe 1:11). Este principio subraya la importancia del respeto y la libertad de conciencia.

En la 50 Asamblea Ordinaria de la OEA, realizada en Washington D.C. en 2020, los representantes de los Estados Miembros reafirmaron la importancia de la libertad religiosa como parte de los derechos humanos universales. Se destacó el papel de este derecho en la lucha contra la discriminación y la promoción de la paz social. En Paraguay, donde existe un amplio reconocimiento de estos derechos, la libertad religiosa permite que personas de distintas creencias convivan en armonía y contribuyan al desarrollo de la nación.

Ronald A. Rasband, apóstol de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, resaltó en la Conferencia General de 2022 la importancia de proteger la libertad religiosa y llamó a la acción: “Primero, tenemos que estar informados. Estén al tanto de los problemas en su comunidad que podrían tener un impacto en cuanto a la libertad religiosa. Segundo, cada uno, individualmente, únase a otras personas que compartan nuestro compromiso por la libertad religiosa y trabajen juntos para protegerla. Tercero, vivan su vida de tal modo que sea un ejemplo de lo que ustedes creen: en palabra y en hechos. La forma en que vivimos nuestra religión es más importante que lo que decimos de ella”.