Con la presencia de Francisco Sagasti, Presidente saliente de la República; Violeta Bermudes, presidenta del Consejo de Ministros; Allan Wagner, ministro de Relaciones Exteriores; Eduardo Vega, ministro de Justicia y Derechos Humanos, así como de los representantes de las diferentes religiones con presencia en el Perú que conforman el Consejo Interreligioso del Perú – Religiones por la paz, se realizó una oración de agradecimiento por el bicentenario de la independencia del Perú.
El presidente Francisco Sagasti, agradeció a los organizadores del evento y destacó, tras reconocer los momentos difíciles y complejos que afronta el país al luchar contra la pandemia, “el regalo que nos han dado esta noche de tranquilidad, paz, esperanza, solidaridad, algo fundamental en un momento tan difícil como el que vivimos y también en un momento con tantas posibilidades y oportunidades como es el bicentenario de la independencia”.
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Sagasti también resaltó el mensaje de las oraciones de cada agrupación religiosa, “en lo que ustedes han dicho está escondido, en cierta forma, pero puesto en evidencia de otra manera, el programa o lo que debemos hacer los peruanos”. En otro momento de su mensaje, el presidente saliente dijo, “cada uno de ustedes, con generosidad, pero al mismo tiempo con precisión quirúrgica nos han dado algunas ideas, lecciones y planteamientos que nos hacen recordar no solo lo que somos, lo que hemos sido y el potencial que tiene nuestro país, sino también la agenda pendiente de aquellas cosas que necesitamos hacer para crear un futuro mejor”.
Antes de las palabras del presidente Sagasti, los representantes del Consejo Interreligioso del Perú – Religiones por la paz, el rabino Guillermo Bronstein, copresidente y Laura Vargas, secretaria ejecutiva, compartieron un mensaje previo a la oración de cada representante religioso, de entre los cuales compartimos las siguientes:
“Hemos vivido 200 años de República y aun luchamos por un Perú, que no solamente sea independiente sino en el que todos quepamos con nuestra diversidad, en el que nadie sobre o sea considerado de una categoría inferior”.
“Dios nos regaló una tierra bendita, megadiversa, frágil y fuerte al mismo tiempo, causa asombro que en una geografía tan difícil, hayan podido desarrollarse culturas tan avanzadas con pueblos llenos de vitalidad. Lo más hermoso del Perú son sus pueblos, que han resistido múltiples amenazas y opresiones. Pero siguen en pie resilientes apostando por la vida, luchando por la inclusión, y el reconocimiento, organizando la solidaridad, defendiendo la dignidad y los derechos que nos corresponden como ciudadanas y ciudadanos”.
“En este contexto agudizado por la COVID-19, y la fragmentación social, nos exige pedir perdón entre otras razones por el racismo que desprecia al hermano de diferente color o extracción socioeconómica, por la incapacidad de reconocer al otro, quien quiera esta o este sea en igualdad de condiciones de aceptar las diferentes formas de entender la vida, por la cultura machista y adulto centrica, que sigue matando y destruyendo vidas inocentes de mujeres niños y adolescentes, por el abuso y la criollada que deberían avergonzarnos, pues nos envilece, por la corrupción enquistada en nuestro quehacer cotidiano que nos hace más pobre de espíritu frente a todo este dolor creemos que el bicentenario debe ser el tiempo para la reconciliación”.
“Reconciliarnos es un mandato divino, las escrituras sagradas nos piden no guardar odio o rencor a los hermanos o hermanas y nos invitan a sanar la vida y aliviar el sufrimiento, dice el texto: si cuando llevas tu ofrenda al altar, te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a llenar tu ofrenda (Mateo 5:23 - 24)”.
“El mandamiento de la reconciliación antecede a todos los demás y nos recuerda que como creyentes estamos convocados a dar ejemplos de una nación reconciliada en la víspera del Bicentenario no podemos seguir sumando heridas abiertas y conflictos irresueltos”.
“Como creyentes nos preguntamos ¿cómo pasar del enfrentamiento a la reconciliación?, ¿hemos acrecentado las heridas y los conflictos? o más bien, ¿hemos trabajado para sanarlos? El judaísmo enseña que antes de pedir perdón en la fiesta sagrada del día del perdón (Yom Kipur) cada uno debe reparar los pecados que cometió contra un semejante, las faltas de un individuo contra otro, necesitamos pedir perdón a otros peruanos que hayamos ofendido, el talmud nos enseña que el Templo de Jerusalén fue destruido porque entre sus habitantes campeaba el odio gratuito sin causa aparente, si queremos un país reconciliado, solo será posible si somos capaces de pedir perdón, y ejercer el amor gratuito”.
“Tenemos la necesidad de perdonarnos los unos a otros, porque sin perdón no hay reconciliación, no por decreto que se perdona o reconcilia una sociedad, es por convicción del corazón, debemos sanar las heridas y caminar juntos en la verdad y la justicia para lograr acuerdos fundamentales”.
Este evento se desarrolló en las instalaciones del Templo de Lima de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y fue transmitido por el canal del Estado TVPerú a nivel nacional contó con un programa donde al ritmo de imágenes proyectadas en el Templo, se matizaron mensajes de esperanza y paz con la participación musical a cargo de diversos artistas peruanos, destacando entre ellos a la prestigiosa cantante, ex ministra de cultura y ganadora del Grammy, Susana Baca.