Desde 1948 cada 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos, recordando el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).
Esta Declaración es un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Este derecho se vuelve más importante cuando el mundo se enfrenta a una pandemia. Por ello este año se busca reforzar los derechos humanos relacionados a la salud pública que han sido tan necesarios en medio de la actual pandemia de COVID-19.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha apoyado de diversas formas los sistemas de salud alrededor del mundo a través de donaciones de sangre por parte de los miembros de la Iglesia, así como proveyendo de insumos médicos a diversos hospitales nacionales.
Los líderes generales de la Iglesia han hecho hincapié en que la labor humanitaria debe continuar, Sharon Eubank, Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro expresó: “A medida que las necesidades aumentan, la Primera Presidencia nos ha mandado que aumentemos de manera considerable nuestro compromiso humanitario”.