Desde hace 21 años, cada 31 de agosto se celebra a nivel internacional el Día de la Solidaridad, el cual es un valor humano que consiste en ayudar a otra persona de manera desinteresada, al llevar a la práctica este valor se benefician las relaciones en todos los ámbitos de la sociedad.
Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimas Días se esfuerzan por realizar acciones solidarias a favor de los necesitados. En épocas de crisis o desastres naturales la Iglesia siempre se ha solidarizado con los ciudadanos de varios países a nivel mundial y ha sido una de las primeras en enviar ayuda humanitaria.
Para ser solidarios es importante mostrar empatía hacia el prójimo, una de las formas de hacer es ministrar uno a uno a las personas, y desde abril de 2018, la Iglesia ha implementado el programa de la ministración, el cual se enfoca en cuidar a otras personas a la manera que Cristo lo haría, ayudando tanto en sus necesidades espirituales como temporales.
Durante este año de pandemia por COVID-19, los miembros de la Iglesia han mostrado su solidaridad por medio de la ministración y han realizado diferentes actividades enfocadas a mejorar la calidad de vida de los necesitados, procurando guardar los primeros dos mandamientos que son: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente… Y… amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37, 39) y en su esfuerzo de seguir el ejemplo de Jesucristo cuando dijo que como miembros de Su Iglesia era necesario seguir sus pasos “Vosotros sois aquellos a quienes he escogido para ejercer el ministerio entre este pueblo” (3 Nefi 13:25).