"Las buenas cercas hacen buenos vecinos", comenta el vecino hosco en el poema de Robert Frost "Reparando fronteras". Límites y fronteras, categorías y clases parecen ser una parte ineludible del mundo actual. Construimos vallas para mantener algunas cosas adentro y otras afuera, a menudo con resultados mixtos. Las cercas, tanto figurativas como literales, pueden ayudar y dañar, proteger y obstaculizar.
Entonces, ¿qué hacen buenos vecinos? En geopolítica o relaciones internacionales, esa puede ser una cuestión complicada. Pero cuando hablamos de personas y vecindarios, quizás sea un poco más simple.
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Se ha dicho que el tipo de vecino que somos revela mucho sobre el tipo de personas que somos. Si podemos ser compasivos, generosos y confiables con la gente de al lado, incluso si son diferentes a nosotros, entonces es más probable que seamos así con las personas que conocemos. ¿Somos amables y acogedores? ¿Estamos abiertos a nuevas personas y tenemos un gran corazón en nuestras interacciones? ¿Somos respetuosos y tolerantes con otras personas, sus propiedades, reputación y personalidades? ¿Somos el tipo de vecinos que nos gustaría tener?
Hace años, dos familias se mudaron a dos barrios diferentes de la misma ciudad. Una familia fue recibida calurosamente, con saludos, apretones de manos y visitas amistosas. La otra familia se sintió desapercibida y no recibida, sin apenas un saludo de nadie. La gente parecía hablar de ellos en lugar de hablar con ellos. Algunos podrían argumentar que los recién llegados tienen la responsabilidad de acercarse y presentarse a las personas del vecindario. Seguramente la vecindad es una responsabilidad compartida. Pero no olvidemos nunca lo que se siente al ser la nueva persona, preocuparnos por no encajar, preguntarnos si la gente lo aceptará.
No es fácil mudarse a un vecindario nuevo y desconocido, así como tampoco es fácil salir de nuestra zona de confort y entablar amistad con personas que no conocemos. Pero ese es el primer paso para ser buenos vecinos. Y si todavía se necesitan vallas, tal vez puedan ser del tipo con puertas y pasillos acogedores que permitan interacciones positivas y amistosas. Después de todo, en realidad son las buenas personas, no las buenas cercas, las que hacen buenos vecinos.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)