Servir a los demás sin dejar de pensar en uno mismo

Siempre es alentador conocer historias como las de Amy Soto, quien a sus 16 años y con todo un futuro por delante, participa en actividades no muy comunes entre jóvenes de su edad como es el brindar tiempo para servir al prójimo, pero también sin olvidarse de algo importante y fundamental: ella misma.

Desde hace algunos años atrás, y con el permiso de sus padres, Amy empezó a participar en voluntariados brindando servicio comunitario, como es el caso de Manos que Ayudan, uno de los programas de ayuda social de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde participa realizando limpieza de playas, parques, albergues y asilos, recolectando donaciones, o cantando en coros para actividades de la comunidad.

Amy Soto, quien es muy sensible a las necesidades de los demás y a realizar servicio social, se sintió muy identificada con este tipo de actividades, tanto fue su entusiasmo que presentó un proyecto para realizar una actividad de servicio en favor de los niños que viven en el Instituto Nacional Penitenciario del Perú – INPE, el cual fue aprobado por esta institución.

Para hacer realidad esta actividad solicitó el apoyo a la ONG Creatividad para volar, a quienes les agradó la idea de hacer una actividad de servicio para los niños que viven junto a sus madres que cumplen condena penitenciaria en Lima. La ONG consideró que en este lugar no se suelen realizar actividades de este tipo y por ello accedieron a la propuesta de Amy, quien ahora tendría que empezar a trabajar en la realización de este evento.

Los preparativos fueron intensos, se invierten muchas horas en planificar la actividad, entre adornar los presentes, ensayar las canciones, y preparar toda la presentación así como su logística para el día de la actividad.

El Instituto Nacional Penitenciario del Perú – INPE, autorizó que 42 niños de 0 a 3 años participen en la actividad organizada por la ONG que integra Amy. Cabe indicar que pasada la edad de 3 años, los niños son enviados a otros familiares o asignados al INABIF. La realidad de las madres en las cárceles peruanas es dura al exponer a sus hijos en un ambiente difícil, algo que las hace quebrarse emocionalmente por las malas decisiones del pasado.

El evento se llevó a cabo dentro de lo esperado, la reacción de los niños y madres residentes fue de alegría, algo que generó satisfacción en Amy y el equipo de la ONG Creatividad para Volar, quienes se esforzaron en proporcionarles un tiempo de alegría, así como brindar la esperanza de que la vida puede ser mejor.

La Lic. Marlene Sánchez, coordinadora asignada del INPE, así como la Lic. Soledad Solís, docente del Centro Educativo Inicial María Parado de Bellido del penal de mujeres de Chorrillos, expresaron su agradecimiento y destacaron el empeño de Amy Soto por promover y desarrollar la actividad.

Amy también pertenece a la organización de las Mujeres Jóvenes de la Iglesia de Jesucristo y con ello también realiza actividades de servicio a la comunidad donde reside, interactuando con otras jovencitas de su edad. “es bueno disponer de tiempo para ayudar a otros.  Me siento muy bien realizando actividades para servir al prójimo. Claro que me doy tiempo para salir con mis amistades y divertirnos, pero me agrada mucho salir a realizar este tipo de actividades”, nos indica la joven de 16 años.

Pero Amy sabe que para hacer fuertes a otras personas ella también debe ser fuerte. Le encantan los ejercicios al aire libre, toca el piano, juega al tenis, le gusta la literatura latinoamericana, le encanta la música, le gusta salir a pasear en campos abiertos, acaba de culminar sus estudios secundarios, habla Inglés a nivel avanzado y actualmente se encuentra en el proceso de definir dónde estudiar la carrera de Derecho.