Sigamos todos adelante

Las Escrituras dan consejos sabios y amorosos para toda clase de situaciones que podamos enfrentar en la vida. Aun así, cuando esas situaciones llegan a ser particularmente espinosas o complejas, naturalmente nos preocupamos por si estamos haciendo algo incorrecto. Entonces podríamos preguntar: "¿Qué quiere Dios que haga?"

Hace mucho tiempo, el profeta Miqueas del Antiguo Testamento ofreció una respuesta clara y sencilla: "¿Qué requiere el Señor de ti, sino que hagas justicia, ames la misericordia, y andes humildemente con tu Dios?" (Miqueas 6:8).

Estos tres principios: ser justo, amar la misericordia y caminar en humildad con Dios, son como una hoja de ruta que puede llevarnos hacia la paz, la felicidad y las relaciones armoniosas. Piensa cómo nuestras vidas y las vidas de los demás cambiarían con más justicia, misericordia y humildad.

Recientemente, una familia tuvo sus corazones rotos por uno de los suyos. La confianza se hizo añicos y los sentimientos fueron heridos, y lamentablemente, no era la primera vez. Se sentían impotentes y sin esperanza. ¿Cómo deberían avanzar? Encontraron que esos tres principios bíblicos: justicia, misericordia y humildad, mostraban el camino.

Se volvieron al Señor con humildad y buscaron Su paz y una perspectiva más amplia. En justicia y equidad para sí mismos, establecieron cuidadosamente límites y tomaron precauciones para protegerse. Pero lo hicieron con corazones misericordiosos, no con la intención de castigar o tomar represalias. Humildemente buscaron caminar con Dios, hacer lo que sentían que Él querría que hicieran.

Es posible que no siempre hagamos todo bien mientras tratamos de equilibrar la justicia, la misericordia y la humildad. Pero podemos seguir adelante, confiados en la ayuda de arriba y tranquilos por la promesa de que Dios estará con nosotros mientras hacemos nuestro mejor esfuerzo para hacer lo correcto.