El Templo de Santo Domingo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, fue inaugurado el 17 de septiembre de 2020, mediante una oración dedicatoria del entonces presidente Gordon B. Hinckley, décimo quinto presidente de la Iglesia. Hoy cumple dos décadas brindando servicio para toda la membresía en la región del Caribe, siendo un lugar de paz y refugio para quienes allí entran y de admiración por la belleza, esplendor y pureza que refleja su exterior.
En la creencia de los santos de los últimos días, después del hogar, el templo ocupa un lugar único en su adoración con Dios. Es distinto a una capilla, donde se realizan las reuniones regulares de adoración semanal y otras actividades para fortalecer la fe de los creyentes. Los miembros de la Iglesia vienen al templo para realizar para sí mismos, ceremonias que resultan esenciales para la salvación eterna de los hijos de Dios, incluyendo el casamiento entre esposo y esposa junto a sus hijos por toda la eternidad.
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
En la oración dedicatoria, el presidente Hinckley expresó: "Suplicamos que todos los que vengan aquí con problemas y preocupaciones personales hallen respuesta a sus preguntas y sean inspirados con soluciones para sus dificultades. Que la reverencia reine en todo momento y en todas las circunstancias."
A 20 años de esta súplica de un siervo de Dios, hemos querido preguntar a varios santos cómo esta petición se ha cumplido en sus vidas. Dejamos aquí las respuestas de cada uno de ellos.
Elvin Peralta, La Vega
“Dice un refrán que lo que se hace con continuidad se convierte en costumbre. Tras casi 16 años ininterrumpidos de ser obrero en el Templo, encontré un refugio para fortalecerme como padre, esposo y siervo del Señor. Cada respuesta a mis oraciones para poder magnificar mis responsabilidades las recibí en el santo Templo. Más que recibir respuestas o inspiración, para mí la Casa del Señor es un lugar muy sagrado donde puedo sentir la presencia misma de mi Señor.
Me siento privilegiado al poder trabajar diariamente en mi arrepentimiento para merecer ser digno de entrar en la casa de mi Padre y mi hermano el Señor Jesucristo. Mi corazón se estremece al escuchar la palabra templo. Amo al Señor y Su casa.”
Marcos Bretón, Santiago de los Caballeros
Tanto mi familia y yo, cuando hemos tenido dificultades y desafíos, en momentos de pruebas difíciles y de toma de decisiones importantes, acudimos al Templo en busca de revelación. Cuando he estado abrumado, que he sentido que no podía más por las tantas responsabilidades, el Templo siempre ha sido un lugar de solaz para encontrar respuestas a mis inquietudes y desafíos.
Para nosotros, ha sido un lugar de refugio, de soluciones, de buscar inspiración, de resolver preocupaciones, tal como lo profetizó el presidente Hinckley en la oración de dedicación.”
Veridiana Collado, Santo Domingo
Definitivamente, el estar en la casa del Señor ha bendecido grandemente mi vida y por ende ha consolado y sostenido mi corazón.
Nuestros hijos al llegar a la edad de adultos empezaron a tener muchas dificultades de salud y con ellos vinieron pruebas espirituales también. Cada semana, al estar en el templo y sentir su Espíritu, derramaba lágrimas y mi corazón a Dios pidiendo Su ayuda y consuelo. Lo maravilloso es que estaba llorando en el Salón Celestial, pero podía sentir Su mano diciéndome: ‘Estoy aquí y sé cómo te sientes’. Sabía que era verdad y al salir tenía la seguridad que en su tiempo mis hijos estarían bien.
Hoy día puedo decir que Dios cumplió mi sentir en Su casa, pues he podido ver mis tres hijos entrar al santo Templo, quienes ahora mismo están sirviendo misiones. Sé que Dios nos consoló y bendijo nuestras vidas al asistir regularmente a Su santa casa.
Maria E. Ferrera, La Romana
“Al visitar el santo Templo, la Casa del Señor, he recibido las enseñanzas para criar a mi familia, enseñándoles a guardar los mandamientos de Dios. Sí, el Señor siempre da respuestas a mis oraciones y preguntas al visitar el Templo, me da más fortaleza espiritualmente para seguir perseverando hasta el fin de mis tiempos. Sé que esa es la Casa del Señor. Sin ninguna duda, las súplicas de nuestro amado profeta han sido contestadas a favor de todos los que participamos de las sagradas ordenanzas que se efectúan en Su sagrado Templo.”
Karina Kasse, Santo Domingo
“Estar dentro de las paredes del templo nos hace sentir una inmensa paz y gozo. Dentro del templo, no pensamos en las situaciones que tenemos fuera de él. Salimos del templo fortalecidos y con la fuerte compañía inspiradora del Espíritu para seguir adelante. Tengo el privilegio de ser obrera junto a mi esposo y el mejor día de la semana para nosotros es cuando vamos a servir al Señor en Su santa casa.”