En el Hospital de Toronto de Canadá, el paciente Leonard Thompson se convierte en el primer ser humano en recibir una inyección de insulina como tratamiento para la diabetes.
Medio año antes, los canadienses Frederick Banting y Charles Best consiguieron extraer, de animales de laboratorio, la proteína del páncreas que causa los síntomas de la diabetes, la insulina. Experimentaron inyectando insulina en animales enfermos que volvieron a sanar.
Estas pruebas confirmaron que la causa de la diabetes era la falta de insulina, sustancia responsable de metabolizar los azúcares. La insulina tiene una importante función reguladora sobre el metabolismo.
Es necesario decir que tras la mejoría de Leonard los científicos ofrecieron la fórmula de la insulina gratis a las compañías. En 1923 ya se podía conseguir en todo el mundo, salvando vidas, por lo que Banting y MacLeod recibieron el Premio Nobel de Medicina.
En 1923 la insulina era ya un producto relativamente fácil de adquirir, lo que sin duda salvó muchas vidas.