Nota de prensa

Un ejemplo en Historia Familiar: Miembro de La Iglesia de Jesucristo indexa más de 85.000 registros 

Miembro de La Iglesia de Jesucristo en Bogotá ha dedicado su vida al servicio de fallecidos y vivos gracias a la obra de historia familiar

María Rubiela Poveda es miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días desde los 14 años, y un ejemplo de dedicación a la obra de Historia Familiar. A lo largo de su vida ha indexado más de 80.000 nombres y la lista continúa creciendo, ya que ha seguido trabajando incansablemente para ayudar a los demás en esta tarea.

María Rubiela Poveda Reina es Consultora de Templo e Historia Familiar de la Estaca Ciudad Jardín, en Bogotá y recuerda que han sido varias las experiencias espirituales que ha tenido al llevar a cabo esta obra. Hasta el momento, Poveda ha revisado e indexado 87.258 registros y tiene impresas incontables tarjetas, “tengo un cajoncito donde tengo muchas tarjetas, no sé cuántas habrá, demasiadas tarjetas, muchas se han enviado al templo para que me ayuden”, asegura.

Poveda cuenta que varias de las experiencias espirituales que ha vivido relacionadas a la historia familiar, han sido a través de sueños. “Cuando era jovencita falleció una tía, hermana de mi papá, ella se me presentó mucho en sueños, pero me miraba furiosa y la verdad yo no sabía nada de historia familiar, era muy joven, en la iglesia poco se hablaba de eso o yo no le prestaba atención, la verdad no sé, pero mi mamá me decía que ella necesitaba que se le pagara una misa, todo eso me inquietaba mucho”, recuerda Poveda.

Explica que su pasión por la Historia Familiar comenzó en una clase de Escuela Dominical donde se enseñó sobre este tema. Ese día supo que debía hacer la obra del templo por su tía. El proceso de conseguir los registros no fue sencillo. Tuvo que visitar varias veces el lugar donde se realizaron las exequias de su tía, y dijo: “oré mucho para poder encontrar el registro, hasta que un día la secretaria de la parroquia me indicó que lo había encontrado”. Desde ese momento, Poveda ha guardado ese registro como un tesoro y un recordatorio de su experiencia, la cual no terminó allí, ya que, al procesar los registros, “la información se envió a Estados Unidos, porque aquí no había templo, e hicieron las ordenanzas en Salt Lake, Utah” recuerda con emoción, después “soñé con ella, esta vez me abrazó muy fuerte, nunca más volví a soñar con ella, jamás, pero sé que recibí una respuesta” comparte.

A partir de ese momento empezó a trabajar por sus antepasados, “por el lado de mi familia no hay nada de documentos que uno encuentre en la iglesia, sino ha tocado en pueblos, eso sí ha sido como difícil, la historia más larga que tengo ha sido de mi esposo, por parte mía tengo 5 o 6 generaciones”, indica.

 

Poveda recuerda que antes de crearse el sitio web de Family Search, existía el programa PAF 4, el cual podía instalarse en las computadoras de cada hogar, cuya información se grababa en diskettes. En aquellas circunstancias, logró recopilar los nombres de 20 mil personas, información que luego fue trasladada al nuevo sistema. “Todo fue muy difícil al principio, porque no entendía nada de la letra, terrible, gracias al amor y al apoyo de mi amiga Maura Sánchez, con oración persistimos, la constancia, la perseverancia ayuda y empecé a comprender esa letra”, dice Poveda.

También recuerda que, durante muchos años, cada ocho días, ella junto a Sánchez, visitaban el Archivo General de la Nación, estaban allí desde las ocho de la mañana, hasta las cinco de la tarde que cerraban, hasta que la Iglesia de Jesucristo inició procesos de digitalización de datos, facilitando el proceso. Poveda dice que fueron varias las veces que se sintió desmotivada por lo complicado de la tarea, pero que aprendió a seguir adelante, “sé que uno debe ponerle mucha fe, mucho amor y pensar en esos seres que esperan mucho de nosotros”, indica.

Ser consultora de historia familiar le ha permitido servir a vivos y muertos, a miembros y amigos de La Iglesia de Jesucristo, “es fabuloso ver cómo podemos ayudar a otras personas con esta obra, resolver dudas, si está en mis manos yo les colaboro”, declara. “He aprendido de las personas a sacar una impresión, cómo devolver un lote, entre todos nos enseñamos, lo más gratificante es saber que estamos ayudando a esos seres amados que están en fila esperando solo el momento que llegue, que ya han aceptado el bautismo, que han aceptado el evangelio y que solo esperan que hagamos nuestra parte acá”, testifica.

Su familia y conocidos admiran su labor, mi mamá tiene un don especial para encontrar información, definitivamente tiene el espíritu de Elías, tiene una disposición maravillosa para trabajar en historia familiar, en sueños ella ha podido ver a algunos familiares por los cuales ha hecho las ordenanzas vestidos de blanco y sonrientes”, resalta Milena Liberato.

Shelem Molina, una de sus nietas, asegura “Yo no sé cómo hace mi abuelita para entender la letra de la indexación, ella me ayuda para yo poder hacerlo”.

Edna Rocío Liberato recuerda que al comienzo su mamá no sabía utilizar el computador, pero preguntando a quienes le rodeaban y a expertos en historia familiar, pudo volverse una ella misma una experta, “al poco tiempo no solo tenía miles de nombres en nuestra propia historia familiar, sino que había ayudado a muchas personas a iniciar o continuar la búsqueda de sus propios nombres”.

“Ella ha hecho posible que miles de personas al otro lado del velo puedan recibir las bendiciones del evangelio, ha ayudado a tantas personas a que encuentren su familia. El día que ella muera en el cielo va a haber una gran fiesta, porque todos aquellos a quienes ella ha ayudado van a salir a recibirla, va a ser una multitud enorme que le va a decir con todo su corazón: gracias”, asegura Rocío Liberato.

David Liberato comparte “el amor de mi madre por la obra genealógica le ha permitido desarrollar muchos dones, sueños, ese es el pasatiempo de mi mamá y de grano en grano, sumando toda la obra, ella solita ha encontrado el equivalente a 10 estacas juntas”.

El principal propósito de la obra de historia familiar es obtener nombres y otros datos genealógicos a fin de que puedan realizarse las ordenanzas del templo por los antepasados fallecidos. Todas las labores relacionadas con la historia familiar que se llevan a cabo en la Iglesia se orientan hacia la necesidad de crear “entre los padres y los hijos... un eslabón conexivo” (D. y C. 128:18). Los miembros de la Iglesia de Jesucristo creen que las familias pueden ser eternas gracias a esas ordenazas que se realizan en los templos.

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