Nota de prensa

Una buena disculpa

Una disculpa sincera puede sanar y ablandar los corazones. Puede aliviar el dolor y la tensión. Puede unir a las personas

Aquí hay una pregunta para pensar: ¿Cuándo fue la última vez que se disculpó sinceramente? Todos hacemos cosas que lastiman a otros, incluso si no es nuestra intención. Pero no siempre aceptamos la responsabilidad por el mal que hemos hecho o tratamos de hacer las cosas bien. Eso es lo que significa disculparse.

Una disculpa sincera puede sanar y ablandar los corazones. Puede aliviar el dolor y la tensión. Puede unir a las personas. Disculparse no es fácil, y no debería serlo; de hecho, una disculpa vacía y sin esfuerzo puede hacer más daño que bien. Una disculpa real requiere un esfuerzo para estirar el alma, pero las recompensas pueden ser inmensas: paz personal, crecimiento y relaciones sanadas.

Randy Pausch, un querido profesor de ciencias de la computación, murió de cáncer en 2008. En un libro basado en su última conferencia antes de su fallecimiento, escribió: "Si has hecho algo mal en tu trato con otra persona, es como si hubiera una infección en tu relación. Una buena disculpa es como un antibiótico; Una mala disculpa es como frotar sal en la herida".

Disculparse es mucho más que simplemente decir las palabras "Lo siento". Incluye la voluntad de cambiar. Eso es parte de lo que hace que sea tan difícil de hacer. Pero si no nos disculpamos, si no reconocemos nuestros errores, entonces no mejoramos. Una disculpa puede ser el primer paso para crecer como ser humano, o, podríamos decir, un devenir humano: volverse mejor y más sabio, más compasivo, más sensible a los demás.

Hace años, un hombre perdió una elección y desarrolló sentimientos desagradables por su oponente. La pérdida picó, y dar paso al resentimiento y los celos solo hizo que el dolor empeorara. Tomó muchos años, pero finalmente se dio cuenta de que necesitaba escapar de este ciclo de dolor auto infligido. En otras palabras, necesitaba disculparse. Escribió una carta sincera pidiéndole a su antiguo oponente que lo perdonara por albergar malos sentimientos durante tanto tiempo. No solo levantó su propia carga, sino que también trajo una inesperada bendición de gratitud al destinatario de su humilde y sincera carta.

Una disculpa puede no arreglar o cambiar todo, pero puede cambiarnos a nosotros. La vida es definitivamente más saludable con el antibiótico de una buena disculpa.

Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)

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