Compromiso con la salud y la educación
Gina Fajardo, nacida en Florencia, Colombia, y residente en Perú desde 2010, es un ejemplo de dedicación y excelencia en el campo de la enfermería. Actualmente, desempeña el rol de Coordinadora del Programa de Estudios de Enfermería en la Universidad de Ciencias y Humanidades, ubicada en Los Olivos. En este cargo, no solo comparte sus conocimientos y experiencia con las futuras profesionales de la salud, sino que también se preocupa por inculcar en ellas valores éticos y morales que son fundamentales en el ejercicio de su profesión.
"Mi vocación por la enfermería y mi fe se complementan perfectamente", comparte Gina. "Cada día en mi trabajo es una oportunidad para servir y para enseñar a las nuevas generaciones que el cuidado de la salud es más que una profesión; es un acto de amor y servicio al prójimo".
Un balance entre la familia y la fe
Gina no solo es una profesional destacada, sino que también es una devota esposa y madre. Casada y sellada en el Templo de Lima La Molina, Gina y su esposo son padres de dos hijos. A pesar de las exigencias de su carrera, Gina siempre encuentra tiempo para su familia, a quienes considera su mayor bendición.
"El evangelio me ha dado las herramientas para mantener un equilibrio entre mi vida profesional, mi familia y mi servicio en la Iglesia", explica. Actualmente, Gina sirve como primera consejera en la organización de la Sociedad de Socorro de su Estaca El Olivar, donde guía y apoya a las mujeres adultas de la Iglesia en su desarrollo espiritual y personal.
Gratitud y progreso continuo
Desde su llegada al Perú, Gina ha demostrado un profundo sentido de gratitud por las oportunidades que ha recibido. A través de su fe y su dedicación, ha logrado superar desafíos y crecer tanto profesional como espiritualmente.
"Estoy muy agradecida por todo lo que he recibido y sigo preparándome para ser una mejor enfermera y seguir desarrollándome en mi carrera", afirma con entusiasmo hacía el futuro.
En este Día de la Enfermería Peruana, la historia de Gina Fajardo resuena como un ejemplo de cómo la fe, la familia y el servicio pueden integrarse en una vida de propósito y dedicación. Su legado inspira a quienes buscan no solo ser excelentes en su profesión, sino también vivir de acuerdo con los principios del evangelio de Jesucristo.