Una virtud para cada época de la vida

¿No es interesante que a veces los que menos tienen son los más agradecidos, y sin embargo hay otros que parecen tenerlo todo, excepto gratitud? Como el líder religioso, el presidente Henry B. Eyring, segundo consejero de la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, observó: "Olvidamos tan fácilmente que llegamos a la vida sin nada. Lo que sea que obtengamos pronto parece nuestro derecho natural, no un regalo. Y nos olvidamos del dador. Entonces nuestra mirada cambia de lo que se nos ha dado a lo que aún no tenemos" (ver "Recuerdo y Gratitud", Liahona, noviembre de 1989).

La gratitud por la vida, por las bendiciones, por el Dador de este hermoso mundo y todo lo que hay en él, es una virtud atemporal y oportuna. A la gente le gusta estar cerca de personas agradecidas. Les gusta ayudar a las personas agradecidas. No se olvidan pronto de las personas agradecidas.

Una mujer recuerda con cariño a una amiga anciana llamada Dorothy, a quien visitó para ayudarla con algunas tareas que la edad le había dificultado. Después de cada pequeño acto de servicio, Dorothy decía: "¿Sabes lo agradecida que estoy?" Durante la visita, se apagó la electricidad, y cuando Dorothy miró por la ventana y vio a los trabajadores restaurando su energía, dijo: "Espero que sepan lo agradecida que estoy". Cuando llegó el momento de que la amiga de Dorothy se fuera, susurró la oración que aprendió de Dorothy: "¿Sabes lo agradecida que estoy?" (Véase "¿Sabes lo agradecido que estoy?" por Sherri Heider Wright, Liahona, octubre de 2021).

Vale la pena reflexionar: ¿saben los demás lo agradecido que está? Mejor aún, ¿Usted lo sabe? Muchos expresan su agradecimiento en diarios de gratitud, contando sus bendiciones mientras responden a la pregunta "¿Cómo me bendijo Dios hoy?"

"Si lo haces el tiempo suficiente y con fe", enseñó el presidente Eyring, "te encontrarás recordando las bendiciones. Y a veces, tendrás dones traídos a tu mente que no notarás durante el día, pero que luego sabrás que fueron un toque de la mano de Dios en tu vida. Y piense en la alegría que su familia algún día sentirá al mirar este registro de agradecimiento".

Tantas otras virtudes que buscamos fluyen de la gratitud. Sin gratitud, nos volvemos centrados en nosotros mismos e inseguros, preguntándonos si alguien en algún lugar tiene más o mejor. La gratitud, por otro lado, abre nuestros corazones a Dios y a los demás. Nos bendice en temporadas de escasez y temporadas de abundancia. De hecho, la gratitud es una virtud para cada estación de la vida.