Nota de prensa

Valor para seguir adelante

Nunca sabemos realmente cuánto coraje tenemos hasta que llega el momento de usarlo

El 7 de septiembre de 1940, los bombarderos alemanes atacaron Londres, Inglaterra. Atacaron de nuevo al día siguiente. Y el siguiente. Durante los siguientes ocho meses, los londinenses hicieron todo lo posible por llevar una vida normal, sabiendo que cada día, "las probabilidades de que alguien, en algún lugar de Londres, muriera eran del 100 por ciento". Muchos de los ataques aéreos tuvieron lugar al amparo de la oscuridad, lo que hizo que el anochecer fuera especialmente terrible.

En total, 2 millones de hogares fueron destruidos y más de 40,000 civiles murieron. Durante este tiempo aterrador, se le preguntó a un niño qué quería ser de mayor. Él respondió: "Vivo" (ver "Lo espléndido y lo vil: una saga de Churchill, la familia y el desafío durante el bombardeo" de Erik Larson, publicado en 2020).

Sin embargo, a pesar del daño que causaron los bombarderos, fallaron en al menos una de sus misiones: desmoralizar a la gente. De hecho, la moral pareció aumentar después de cada ataque: las personas parecían más seguras, más decididas y más dispuestas a ofrecerse como voluntarias. Cuando alguien le sugirió al primer ministro británico Winston Churchill que le había dado a la gente el valor para seguir adelante, Churchill respondió: “Nunca les di valor. Pude enfocar los suyos” (ver “El espléndido y el vil”).

A veces escuchamos historias como estas y dudamos de si seríamos tan valientes en situaciones similares. Pero eso es lo curioso del coraje: nunca sabemos realmente cuánto tenemos hasta que llega el momento de usarlo.

Y el hecho es que nuestro tiempo requiere mucho coraje. Una pandemia mortal se ha extendido por todo el mundo. Los incendios forestales, los huracanes y los tornados han arrasado vecindarios. Muchas personas han perdido sus trabajos, sus seres queridos o han luchado contra la soledad. Otros se sienten bombardeados con un día desafiante tras otro.

Y, sin embargo, en lo profundo de cada uno de nosotros está el coraje para enfrentar estos desafíos, para mantenerse firme, para seguir adelante. Las señales de tal coraje nos rodean. Lo vemos en expresiones de amor y aprecio entre amigos. Lo vemos en la sonrisa alentadora de un vecino. Lo vemos cuando extraños deciden dejar de lado las diferencias y servir a alguien que lo necesita. Lo vemos cuando personas de todo el mundo, de diversas religiones, se unen en oración.

La moral no se gasta en tiempos peligrosos, ¡ahí es cuando florece! El valor no se puede dar ni quitar. El coraje viene de adentro. Y una vez enfocados, nos da el poder de seguir adelante, pase lo que pase.

Fuente: Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)

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