En la orilla occidental del río Hudson, a unos 65 kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York, se halla la Academia Militar West Point. Desde hace más de 200 años, esta conocida institución ha acentuado sus valores rectores en una sencilla e inspiradora consigna: “Deber, honor, y patria”.
Implícito en ese lema está el credo de que servir a otras personas no es asunto de preferencia o conveniencia, sino de solemne deber; que ese servicio se debe prestar con honor e integridad, o no debe prestarse; y que las necesidades de nuestros conciudadanos, con quienes compartimos esta nación, son tan importantes como las nuestras.
Ken Alford es un coronel retirado que sirvió por muchos años en el cuerpo docente de West Point.
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“Para mí, West Point es una fascinante mezcla del pasado, el presente, y la promesa del futuro. En sus paredes resuenan los nombres de hombres y mujeres que han defendido la libertad por generaciones. En ese mismo lugar, cadetes de ambos sexos son preparados hoy para llegar a ser personas de gran carácter moral dedicadas a algo más trascendente que ellas mismas”, dijo Alford.
Para algunas personas estos quizá sean valores anticuados, pero en realidad son eternos y oportunos. Hoy, más que nunca, se necesitan personas que consideren su deber de preservar la libertad, que den prioridad al honor, y que hagan su parte para que la nación y el mundo en los que viven sean un lugar mejor.
“Al haber tenido la oportunidad de servir en las fuerzas armadas, he visto, tanto aquí como en otros países del mundo, a muchas personas mantener esos valores y ser bendecidas por ellos y respetadas por quienes las rodean. Pienso que personas en todas partes, ya sea que estén conectadas con las fuerzas armadas o no, pueden aportar mucho a hacer de su patria un lugar mejor”, dijo Alford.
No basta con pensar que alguien más va a acoger esos valores por nosotros. El deber de servir es una responsabilidad común. Cualquiera sea nuestra ocupación, podemos desempeñarla con honor, y el amor por nuestra nación puede inspirarnos a mejorarla. Uno no tiene que enrolarse en West Point para vivir la consigna del deber, el honor, y la patria. Esos valores son compartidos por todos cuantos se alistan en una causa más trascendente que ellos mismos.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)