En griego, el vocablo apóstol significa “el que es enviado”. Fue el título que Jesús dio a los Doce a quienes eligió y ordenó para ser los discípulos y ayudantes más allegados a Él durante su ministerio en la tierra (Lucas 6:13; Juan 15:16).
Los mandó para que lo representaran y ministraran por Él después de su ascensión a los cielos. Tanto en la antigüedad como en el Quórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia restaurada en la actualidad, un apóstol es un testigo especial de Jesucristo en todo el mundo para dar testimonio de su divinidad y su resurrección de entre los muertos (Hech. 1:22; DyC 107:23).