Una maestra visitante es una mujer asignada a ayudar a otra mujer que pertenece a su barrio o rama Santo de los Últimos Días y a velar por ella. Se asignan dos maestras visitantes a cada mujer; ellas se comunican con ella al menos una vez al mes y la alientan en sus esfuerzos por vivir el evangelio de Jesucristo. Como parte de las visitas regulares, se imparte un mensaje espiritual, el cual se adapta a las necesidades e inquietudes de cada mujer. Esos mensajes con frecuencia fomentan un análisis más profundo sobre el Evangelio, y así las mujeres aprenden juntamente.
“Las maestras visitantes ministran en representación del Salvador. Nuestras manos son las Suyas, nuestro amor es Su amor y nuestro servicio es Su servicio. Las buenas maestras visitantes conocen a las hermanas a las que visitan; las aman, las sirven y les ayudan a aprender el Evangelio… se centran en fortalecer los hogares y a las personas. No hay mayor privilegio que el de velar por otra persona y fortalecerla”, dijo la presidenta general de la Sociedad de Socorro Julie B. Beck .
Además del aspecto espiritual de su llamamiento, las maestras visitantes también ayudan a la mujer y a su familia en sus necesidades temporales. Por ejemplo, las maestras visitantes quizás preparen comidas tras el nacimiento de un bebé o ayuden con la limpieza de la casa cuando una mujer esté enferma.
La mayoría de las mujeres de la Iglesia tienen la oportunidad de servir como maestras visitantes. El programa de maestras visitantes es coordinado por la Sociedad de Socorro, la organización de las mujeres de cada congregación Santo de los Últimos Días.
Para atender las necesidades de los Santos de los Últimos Días, el programa de maestras visitantes se complementa con el programa de orientación familiar. Los maestros orientadores son dos hombres asignados a visitar a todas las personas que conviven en una vivienda.