El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, estuvo acompañado por el embajador de Mongolia en los Estados Unidos, Batbayar Ulziidelger, el martes 3 de diciembre de 2024, para encender más de 500 000 luces de Navidad que rodean el Templo de Washington D. C. de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
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Además del evento del martes con embajadores y funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, el Apóstol se reunió el miércoles 4 de diciembre con diplomáticos, funcionarios gubernamentales y líderes religiosos para celebrar el comienzo del festival.
En el Festival de las Luces, ahora en su 47.º año, también se incluye una representación de pesebres y árboles de Navidad con decoraciones de todo el mundo, así como actuaciones artísticas navideñas diarias. No se requieren boletos y el estacionamiento es gratuito.
La dirección es 9900 Stoneybrook Drive, en Kensington, Maryland. El Festival de las Luces se abre al público el 5 de diciembre.
“Qué maravilloso es estar con tantos de ustedes de diferentes orígenes, religiones, tradiciones y perspectivas durante esta sagrada época del año en la que damos gracias por nuestras muchas bendiciones y tendemos la mano a los menos afortunados”, dijo David Marriott, cuya familia ha sido anfitriona del Festival de las Luces desde la década de 1970. “Cada uno de ustedes tiene respeto por la humanidad y comprende que las diferencias son lo que hace del mundo un lugar hermoso”.
En su discurso, el élder Andersen relató una historia personal de la Nochebuena de 1990 en Francia, donde él y su esposa, Kathy, prestaban servicio como líderes de misión. Los Andersen se encontraron con una situación complicada al averiarse la furgoneta. Los ayudó un posadero de una pequeña aldea que generosamente les prestó su furgoneta para que los hijos de la familia Andersen pudieran estar en casa durante la Navidad.
El apóstol dijo que el asombroso acto de bondad del hombre fue un ejemplo de cómo ser un “dador de luz”.
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Hoy en día, personas como el embajador Batbayar irradian esa misma bondad, dijo el líder de la Iglesia.
“He sido testigo de su amor y preocupación por los jóvenes de Mongolia y de sus importantes esfuerzos, que van mucho más allá de sus obligaciones, mediante los que ha llevado la posibilidad de desarrollar habilidades relacionadas con el inglés a hombres y mujeres jóvenes,
incluso a algunos que están lejos de la capital, Ulán Bator. Él es un dador de luz”, dijo el élder Andersen.
El élder Andersen agregó que se puede decir lo mismo de todas las personas que estaban presentes.
“Con sus actos públicos y privados de bondad, ustedes también son dadores de luz”, dijo el élder Andersen.
El embajador Batbayar llamó al Festival de las Luces “un faro de esperanza y unidad” y un “poderoso símbolo del espíritu perdurable de fraternidad que trasciende las fronteras y nos une a todos”. El embajador dijo que la labor que Mongolia realiza con la Iglesia de Jesucristo es un testimonio de los valores de la democracia, los derechos humanos y la libertad religiosa. Dijo que los misioneros de la Iglesia “no solo han brindado guía espiritual, sino también ayuda humanitaria e iniciativas educativas a nuestras comunidades, y han enriquecido vidas y entablado amistades duraderas”.
Más de 12 000 Santos de los Últimos Días viven en el país, repartidos en veinticuatro congregaciones. La Iglesia planea edificar una Casa del Señor en Ulán Bator.
“Que este festival nos inspire a seguir difundiendo amor y bondad durante todo el año y a hacer del mundo un lugar más pacífico y próspero”, dijo el embajador Batbayar.
“Nuestro mayor ejemplo es el Salvador Jesucristo. Él es nuestro ejemplo de cómo ser la luz del mundo”, dijo el élder Andersen en una entrevista posterior. “Hemos disfrutado de una hermosa noche aquí. El sentimiento del Salvador Jesucristo y la bondad de la gente del mundo llenaron esta sala y nos dieron a todos una gran esperanza en el futuro del mundo”.