El élder David A. Bednar del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dedicó la casa restaurada de José y Emma Smith la mañana del sábado 26 de agosto de 2023.
“Hoy somos bendecidos al participar en este histórico servicio de dedicación”, dijo el élder Bednar dirigiéndose a un grupo de unas trescientas personas, entre ellas dignatarios de la comunidad y líderes religiosos.
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La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días adquirió la casa y la propiedad circundante en 2012 y llevó a cabo una extensa investigación arqueológica y arquitectónica para determinar qué partes de la estructura son originales de la casa y qué partes se agregaron más adelante. La construcción para devolver la estructura a su apariencia original comenzó en mayo de 2022.
“Realmente ha sido una obra de amor durante los últimos diez años”, señaló Ben Pykles, director de Sitios Históricos de la Iglesia. “Muchas personas se han unido a fin de hacer que este hogar sea lo más exacto y auténtico posible para que podamos traer a las personas aquí y decirles que la casa tenía este aspecto cuando José y Emma vivieron aquí”.
“La ciudad de Kirtland es rica en fe”, afirmó el alcalde de Kirtland, Kevin Potter. “Gracias por extender su mano de fe para enriquecer esta comunidad. Somos muy bendecidos”.
El sitio incluye dos parcelas: una hacia el sur, que está ocupada por la casa restaurada, y otra hacia el norte, que una vez fue ocupada por la casa de los padres de José Smith: Joseph Smith, padre, y Lucy Mack Smith. La casa de los Smith padres no sobrevive, pero un marcador histórico explica su ubicación.
Los Santos de los Últimos Días creen que José Smith fue un profeta por medio del cual Jesucristo restauró Su Iglesia del Nuevo Testamento. En 1830, en Fayette, Nueva York, Smith organizó lo que se ha convertido en una Iglesia mundial.
El cuerpo principal de la Iglesia se trasladó a Kirtland en 1831. La ciudad que era parte de la Reserva Occidental sirvió como sede de las Oficinas Generales de la Iglesia durante los siguientes siete años.
José y Emma llegaron a Kirtland en febrero de 1831. El tiempo que José y Emma pasaron en la casa, un poco más de cuatro años, fue más de lo que vivieron juntos en cualquier otro lugar antes de que José fuera asesinado en 1844.
El hogar de los Smith era un lugar de unidad familiar, trabajo arduo y fe práctica en Jesucristo. Cuando se mudaron a la casa, la familia incluía a su hija adoptiva de dos años, Julia Murdock, y a su hijo de un año, Joseph III. Otro hijo, Frederick Granger Williams Smith, nació allí en 1836.
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“Emma era el corazón del hogar”, indicó Mark Staker, quien es conservador principal del Departamento de Historia de la Iglesia. “Por lo tanto, tratamos de enfatizar su papel al restaurar la casa”.
Pykles explicó que los visitantes también tendrán una fuerte percepción de José Smith como esposo y padre.
“En este hogar, uno tiene una idea real de cómo debe haber sido para él, siendo un hombre al final de la veintena que había visto a Dios y a Jesucristo, a quien se le había mandado restaurar Su Iglesia sobre la tierra, a quien se le había dado el sacerdocio restaurado, pero quien también tenía una joven esposa, tres hijos pequeños, y tenía que cuidar de su familia, así como de la joven Iglesia”, comentó Pykles.
La casa solía estar llena de visitantes. Allí se reunían familiares y amigos. Los forasteros acudían para saciar su curiosidad sobre las afirmaciones proféticas de José y sobre la Iglesia que él dirigía. Los Smith también recibían huéspedes. Algunos invitados de largo plazo pagaban por el privilegio de vivir allí. Otros no, por ejemplo, los padres de José vivieron allí durante más de un año hasta que construyeron su casa al lado.
“Había un flujo constante de visitantes”, contó Staker. “Tan pronto llegaban a Kirtland, las personas a menudo iban a visitar a José. Él los invitaba a quedarse en su casa hasta que consiguieran su propio lugar. Con frecuencia, José y Emma dormían en el suelo sobre sus abrigos. Al entrar en la casa, uno se pregunta: ‘¿Dónde podrían haber dormido? ¿Cómo podrían haberlos acomodado a todos?’”.
En este hogar, tanto José como Emma Smith supervisaron publicaciones significativas para la Iglesia. Emma completó la compilación del primer himnario de los Santos de los Últimos Días. José dirigió la publicación de la segunda edición del Libro de Mormón y de la primera edición de Doctrina y Convenios, que es una colección de revelaciones que recibió de Dios. También comenzó su traducción inspirada de las enseñanzas del antiguo profeta Abraham. Esas enseñanzas ahora aparecen en el libro de Escrituras de la Iglesia llamado la Perla de Gran Precio.
Esta casa también fue un lugar de administración de la Iglesia, donde José Smith dirigió la Iglesia en sus primeros años. En ella, se reunió con otros líderes de la Iglesia e instruyó a los misioneros. También supervisó y participó en el trabajo de construcción del Templo de Kirtland.
“Nuestros corazones rebosan de agradecimiento al recordar los importantes acontecimientos reveladores que ocurrieron en esta ciudad en los primeros días de la Restauración del Evangelio y de la Iglesia de Tu Hijo”, concluyó el élder Bednar en la oración dedicatoria. “Dedico esta casa como un lugar de memoria, un lugar de inspiración, un lugar de aprecio, un lugar de conocimiento, un lugar de búsqueda y aprendizaje y un lugar de reverencia”.