El pasado viernes, el élder Gérald Caussé afirmó que la conservación y el cuidado de la tierra y de los hijos de Dios son una “expresión de amor por nuestro Creador y un reflejo de nuestra gratitud sincera a Él”.
El miembro más reciente del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días habló de cuidar de las creaciones de Dios desde el campus de la Universidad Brigham Young en Provo (Utah), ante cientos de personas reunidas para dos conferencias distintas: una sobre mayordomía medioambiental y otra sobre mayordomía del cuidado de los necesitados.
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| Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
El élder Caussé extendió una sencilla invitación a los asistentes.
“Es una invitación a pasar a la acción”, dijo el Apóstol oriundo de Burdeos (Francia). “Como discípulos de Jesucristo, tenemos un deber sagrado de mantener encendida la llama del amor de Dios en el corazón y dejar que brille en nuestras comunidades. El Señor nos pide que tengamos una visión más amplia del mundo que nos rodea —algo que es más posible que nunca en esta época de tanta conexión— y, al mismo tiempo, nos mantengamos con los pies en la tierra y nos impliquemos activamente en los lugares en los que vivimos y servimos”.
El élder Caussé habló de algunas de las prioridades de sostenibilidad medioambiental de la Iglesia. Por ejemplo, en el ámbito de las energías renovables, la Iglesia cuenta con más de 800 instalaciones que generan energía solar in situ. Estos proyectos se encuentran en cuarenta y cinco países, y hay al menos cien proyectos más cuya construcción se ha aprobado. Asimismo, señaló que BYU–Hawái casi ha finalizado la instalación de una microrred solar que alimentará todo el campus, el Templo de Laie cercano y el Centro Cultural Polinesio.
Además de reducir los residuos y ahorrar fondos sagrados de los diezmos, este enfoque en las energías renovables mejora el acceso a la formación académica y la vida saludable para muchas personas, dijo el Apóstol.
“Por ejemplo, en muchas naciones en vías de desarrollo, el uso cada vez mayor de energía solar por parte de la Iglesia, junto con las baterías de respaldo y la conexión a internet por satélite, permite que nuestros centros de reuniones se transformen en aulas virtuales durante toda la semana”, dijo. “BYU–Pathway, que se espera que alcance los 100 000 alumnos matriculados este año, está creciendo con rapidez gracias, en parte, a esta tecnología, así como las clases sobre autosuficiencia que enseñan conocimientos financieros, cómo iniciar un negocio nuevo, buenas prácticas en materia de salud y nutrición adecuada”.
El élder Caussé también mencionó que la Iglesia está centrada en evitar el desperdicio de materiales. Además del exhaustivo reciclaje de papel que se lleva a cabo en el centro de impresión principal que se encuentra en Salt Lake City, la Iglesia cuenta con decenas de tiendas de artículos de segunda mano en Deseret Industries, donde el reciclaje y la venta de artículos donados generan oportunidades de formación laboral para miles de personas que afrontan obstáculos para encontrar trabajo.
Asimismo, en todo el territorio de EE. UU. y Canadá, todos los residuos electrónicos de la Iglesia se desvían de los vertederos, y se donan o se desmontan para luego reciclarlos.
“De hecho”, dijo, “muchos ordenadores usados acaban en los hogares de alumnos de BYU–Pathway en África, lo que ayuda a eliminar los obstáculos para obtener formación académica”.
El Apóstol habló también de la labor de conservación de agua que lleva a cabo la Iglesia. Un ejemplo de ello es el anuncio que se hizo a principios de este año, que la Iglesia iba a instalar controladores inteligentes en más de tres mil centros de reuniones en lo que se conoce como el “corredor de los pioneros” del oeste de los Estados Unidos, que abarca Idaho, Utah, Arizona y partes de Nevada, Wyoming y Montana. La Iglesia está acelerando la instalación de estos sistemas, con casi 1800 planificados para finales de este año.
Y mencionó también la labor que lleva a cabo la Iglesia para proteger el Gran Lago Salado. En septiembre, la Iglesia anunció otra operación con el Great Salt Lake Watershed Enhancement Trust [Fideicomiso de Mejora de la Cuenca del Gran Lago Salado], que suministrará más agua al lago, con un arrendamiento de diez años y hasta 9 127 000 metros cúbicos anuales de agua.
“Estamos agradecidos por la labor incansable de tantas personas que utilizan sus habilidades, talentos, ingenio, creatividad y otros medios para abordar un problema tan complejo, y eso incluye a los empleados de BYU y otros empleados de la Iglesia”, dijo el élder Caussé. “Reconocemos la gran complejidad que rodea el futuro del Gran Lago Salado y estamos preparados para formar parte de la solución junto con todas las partes interesadas de nuestra diversa comunidad”.
Además de conservar agua, la Iglesia se centra en ayudar a las personas a tener acceso al agua potable. Un ejemplo de ello está en Kiribati, donde desde el año 2022, la Iglesia y sus colaboradores en labor humanitaria han construido cinco plantas desalinizadoras alimentadas por energía solar que aportan sistemas sostenibles de agua para unos seis mil habitantes, con el fin de ayudar a reducir la mortalidad infantil.
“Los líderes de Área tienen previsto construir diez plantas más en todo el país”, afirmó el élder Caussé. “Esta es, ciertamente, una obra que salva vidas”.
Este discurso, previsto con semanas de antelación, no fue la primera ocasión en la que el élder Caussé, o el resto de las Autoridades Generales y Oficiales Generales, han hablado sobre este tema tan importante.
En 2023, por ejemplo, el élder Caussé y el presidente D. Todd Christofferson, de la Primera Presidencia, hablaron acerca de cuidar de la tierra en una conferencia en Brasil.
“En todos los aspectos de nuestras mayordomías terrenales, nuestro amor a Dios y nuestro discipulado de Jesucristo serán una guía segura, y ciertamente haremos mucho bien en el mundo”, dijo el élder Christofferson. Y también enseñó que “debemos utilizar nuestras bendiciones terrenales para ministrar las necesidades temporales y espirituales de los demás de manera que les permita llegar a conocer y servir a Dios y, con el tiempo, heredar la vida eterna”.
Más tarde, ese mismo año, en Abu Dabi, el élder Patrick Kearon, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo que cuidar de la tierra exige que todos hagamos nuestra parte.
“Un esfuerzo unificado —en el que los líderes gubernamentales, religiosos y comunitarios, los medios de comunicación, la industria, los académicos y las familias trabajen juntos— es la manera de lograr el noble objetivo de revitalizar la tierra y la gran familia humana. Ruego que aceptemos esta tarea como una responsabilidad sagrada”, dijo el élder Kearon.
A principios de este año, la Presidenta General de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, enseñó a los jóvenes adultos de todo el mundo que debemos reconocer “la conexión entre el cuidado de la tierra y el cuidado de nuestro prójimo. Al cuidar la tierra, embellecer nuestro entorno local y ayudar a nuestras comunidades a ser más sostenibles, estamos actuando como sabios mayordomos de la tierra para bendecir la vida de nuestros vecinos”.
En la conclusión de su discurso en BYU el pasado viernes, el élder Caussé enseñó que los discípulos de Cristo son “llamados a honrar y cuidar Sus creaciones, así como a bendecir a nuestras familias, fortalecer nuestras comunidades y elevar con amor a las personas de nuestro entorno”.
Y continuó así: “Testifico que Dios y Su Hijo, Jesucristo, viven y nos aman perfectamente. Crearon esta tierra como parte de un plan divino para bendecirnos eternamente. A medida que los sigamos y les sirvamos con fidelidad, hallaremos gozo verdadero y sempiterno”.
Lee el discurso completo del élder Caussé: “Caring for God’s Creations” [Cuidar de las creaciones de Dios].
Para obtener más información, visita Sostenibilidad medioambiental en las operaciones de la Iglesia.