El élder Renlund comparte 4 ‘nutrientes del evangelio’ vitales que todos los estudiantes necesitan para combatir la ‘desnutrición espiritual’

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Por Rachel Sterzer Gibson, Church News

En su discurso durante una conferencia general en 1998, el élder Jeffrey R. Holland del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló sobre cómo la “buena enseñanza” en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días debe recibir un ímpetu y tener un lugar preeminente.

“Cuando surjan crisis en nuestra vida, … las filosofías de los hombres, mezcladas con algunas Escrituras y poemas, simplemente no serán suficientes”, dijo el élder Holland. “¿Estamos en verdad enseñando a nuestros [alumnos] … de tal modo que eso les sirva de sostén cuando lleguen los reveses de la vida? ¿O les estamos dando una golosina teológica, [como los Twinkies] o calorías espiritualmente vacías?” (“Venido de Dios como maestro”, conferencia general de abril de 1998).

Al dirigirse a los maestros de religión de la Iglesia en todo el mundo el martes 18 de junio, el élder Dale G. Renlund del Cuórum de los Doce Apóstoles, reiteró las palabras del élder Holland, y les alertó sobre la “desnutrición espiritual”.

Declaró lo siguiente: “Un maestro que tiene fe y enseña fe, es esencial en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, especialmente para la nueva generación”.

El élder Renlund ofreció el discurso principal en la primera Conferencia de Maestros de Religión de la historia, patrocinada por el Sistema Educativo de la Iglesia el martes. El evento constituye la primera vez que los maestros de religión de todas las entidades del SEI —Seminarios e Institutos de Religión, BYU, BYU–Idaho, BYU–Hawái, Ensign College y BYU–Pathway Worldwide. “En total, estos maestros de religión enseñan a medio millón de jóvenes adultos, aproximadamente, en todo el SEI”, señaló el élder Clark G. Gilbert, un Setenta Autoridad General y el comisionado de educación de la Iglesia, en su discurso de apertura.

La conferencia — que se llevó a cabo en el campus de la Universidad Brigham Young en Provo, Utah — se transmitió en vivo través del sitio web CES.ChurchofJesusChrist.org y se publicará en la Biblioteca del Evangelio y en la Biblioteca multimedia en 41 idiomas en los próximos días (ambos enlaces en inglés).

Además de las palabras del élder Renlund y del élder Gilbert, la conferencia de un día de duración incluyó sesiones con el hermano Chad H Webb, el administrador de Seminarios e Institutos de Religión, que comenzará su servicio como primer consejero de la presidencia general de la Escuela Dominical en agosto’ los presidentes de cada una de las instituciones del SEI; y otros maestros y administradores de programas de la Iglesia.

En su discurso, el élder Renlund señaló que una persona que come solamente golosinas como los Twinkies —un bocadillo hecho con bizcocho de vainilla y relleno de crema suave, que no contiene fibra, calcio ni vitamina A o C— se convertiría en una persona ciega, estreñida, con escorbuto y osteoporosis. “No es una imagen muy agradable”, afirmó el élder Renlund.

Del mismo modo que las personas necesitan físicamente alimentos ricos en nutrientes, los estudiantes necesitan ser alimentados espiritualmente con la buena palabra de Dios. ‘Aquellos que se alimentan con [’golosinas espirituales’, como los] Twinkies tienen pocas posibilidades de convertirse en discípulos de Jesucristo para toda la vida’, dijo el élder Renlund, y añadió: “En cambio, es más probable que crezcan siendo espiritualmente obstinados, infieles y desorientados”.

A continuación, el Apóstol habló en forma metafórica sobre los cuatro alimentos “repletos de nutrientes” que todos los estudiantes necesitan para combatir la desnutrición espiritual.

Primer nutriente del Evangelio: Un testimonio firme

El primer nutriente esencial del evangelio que necesitan los estudiantes es un testimonio firme, dijo el élder Renlund —”del Padre Celestial y Su plan’ de Jesucristo y Su Expiación; y de la restauración de la plenitud del evangelio de Jesucristo en estos últimos días”.

Para que esto suceda, los maestros deben enseñar la verdad restaurada y dar testimonio de estas verdades.

Como ejemplo, el élder Renlund contó que hace muchos años invitó a una amiga de la familia, Grace, que no era miembro de la Iglesia, a un programa de Navidad de la reunión sacramental. Como el élder Renlund era el presidente de estaca en aquel momento se sentó en el estrado, mientras su esposa e hija se sentaban junto a Grace.

Dos discursantes compartieron historias navideñas sentimentales, pero ficticias. El obispo, sin embargo, se tomó cinco minutos para dar un poderoso testimonio de Jesucristo.

Durante el himno de clausura, Grace se inclinó hacia la hermana Renlund y comentó que cuando el obispo habló, había un sentimiento diferente.

“Los discursantes habían tenido buenas intenciones, pero sirvieron Twinkies espirituales, con calorías espiritualmente vacías, expresiones anémicas de fe y testimonios carentes del poder de la palabra de Dios y, en consecuencia, del Espíritu”, dijo el élder Renlund.

Destacando que es difícil para el Espíritu dar testimonio de una historia ficticia, el élder Renlund les recordó a los maestros la necesidad de llevar siempre su instrucción a Jesucristo y Su Expiación; al Padre Celestial y Su plan; y a la restauración del evangelio. “Por supuesto, está bien utilizar historias, incluso si son ficticias, para captar la atención de los estudiantes, … pero una vez que conseguimos su atención, entonces tenemos que entregar el alimento que cambia vidas”.

Segundo nutriente del Evangelio: Una relación personal con el maestro

Una relación personal con el maestro puede facilitar que los estudiantes se acerquen al Salvador, que es la verdadera fuente de nutrición espiritual, dijo el élder Renlund.

“La relación entre el maestro y ayuda a que los estudiantes sean más receptivos a Sus palabras. Incluso años después de que terminen de enseñar formalmente a los estudiantes, su relación puede seguir ejerciendo una influencia positiva en sus vidas. Esa influencia perdurará porque, debido al profundo amor y preocupación que tienen por el bienestar de ellos, les han guiado hacia el Señor y Su doctrina, en lugar de llevarlos hacia ustedes mismos”.

El élder Renlund habló sobre una de sus maestras de la Primaria, Becky, que le enseñó y le animó, no solo cuando era niño sino también en su juventud; como misionero recién retornado e incluso después de su llamamiento a los Doce.

“Cada estudiante necesita una o más Beckys en su vida, maestras que tengan una relación de por vida con ellos, alguien que les haya guiado hacia Salvador. Alguien que influya en su forma de pensar y en su comportamiento, alguien a quien no quieran defraudar”, dijo el élder Renlund.

Tercer nutriente del Evangelio: La necesidad de responder las preguntas e inquietudes

“Maestros, ustedes pueden ayudar a sus estudiantes al enseñarles lo que significa combinar el estudio y la fe mientras aprenden”, dijo el élder Renlund. “Se lo pueden ensañar siendo un modelo de esta habilidad y ofreciendo este enfoque en la clase”.

Los estudiantes observarán cómo el maestro responde a las preguntas difíciles; eludir o ignorar las preguntas sinceras generará más preguntas, señaló el élder Renlund.

La Iglesia ha elaborado “un recurso maravilloso y confiable para las personas que buscan respuestas a sus propias preguntas y para quienes se esfuerzan por ayudarles. Nuestro objetivo es ayudar a fortalecer la fee n Jesucristo, al tiempo que ofrecemos algunas sugerencias sobre cómo abordar temas complejos y a veces difíciles.

Seguidamente, el élder Renlund presentó los recursos que se encuentran en ChurchofJesusChrist.org y en la aplicación Biblioteca del Evangelio. En la opción “Temas y preguntas” del menú, hay una sección titulada “Cómo buscar respuestas a sus preguntas” y otra que se llama “Cómo ayudar a los demás con sus preguntas”.

La sección “Cómo buscar respuestas a sus preguntas” enseña los principios que pueden guiar a las personas en su búsqueda de respuestas, ya sea sobre la fe, la doctrina o la historia de la Iglesia.

Esta sección anima a las personas a centrar su vida en Jesucristo, explicó el élder Renlund. “Se nos recuerda que el plan de salvación de Dios ofrece una perspectiva a nuestras preguntas, la cual nos ayuda a distinguir las verdades fundamentales del evangelio de las cosas que no son tan esenciales”.

También nos exhorta a ser pacientes y a confiar en el tiempo del Señor, continuó el élder Renlund. “A medida que buscamos las respuestas, debemos buscar la guía del Espíritu Santo y esforzarnos por entender el pasado al colocar las cosas en su contexto”.

La sección “Cómo ayudar a los demás con sus preguntas”, contiene principios dirigidos a quienes buscan colaborar con las personas que tienen preguntas. “Sin importar lo que suceda, debemos hablar respetuosamente, escuchar con empatía y mostrar el amor de Cristo. Así que, escuchen y respondan con amor. Traten de comprender y reconocer la experiencia de los demás, además eviten ser despectivos y prejuiciosos”, dijo el élder Renlund.

Les recordó a los asistentes que, a pesar de tener la plenitud del Evangelio, no tienen las respuestas a todas las preguntas. “Algunas respuestas tendrán que esperar por futuras revelaciones”.

Una trampa en la cual los muchos maestros pueden caer inadvertidamente, es dar razones o explicaciones que el Señor no ha dado. “Es mejor decir que no sabemos que inventar una razón o explicación. La fe es, después de todo, una elección, y a veces la única respuesta es confiar en la fe en el Señor Jesucristo y la fe en la restauración del Evangelio, y ser paciente en la espera de respuestas del Señor cuando Él decida revelarlas”.

Cuarto nutriente del Evangelio: Desarrollar y mantener un corazón tierno

Un corazón tierno es más sensible al Espíritu, dijo el élder Renlund. “Un corazón duro, lo contrario de un corazón tierno, es espiritualmente mortal”.

El élder Renlund, médico de profesión, explicó que un corazón duro o rígido tiene dificultades para llenarse de sangre, lo cual puede llevar a una insuficiencia cardíaca. “Tal y como a un corazón duro o rígido le resulta difícil llenarse de sangre, un corazón duro espiritualmente tiene dificultades para llenarse con el Espíritu”.

En 2 Nefi 33:1-2, Nefi explicó cómo las personas que endurecen su corazón no permiten que el Espíritu lleve las palabras de Dios a su corazón. “Pero he aquí, hay muchos que endurecen sus corazones contra el Espíritu Santo, de modo que no tiene cabida en ellos; por tanto, desechan muchas cosas que están escritas y las consideran como nada.”

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El rey Benjamín resumió la forma en que podemos desarrollar y mantener un corazón blando, enseñó el élder Renlund, cuando expresó que las personas deben “siempre recordad que la redención viene solamente a través de Jesucristo, que sin Él nuestra situación es insalvable. Eso nos impulse a ser humildes; nos motiva a orar diariamente y a mantenernos firmes en nuestra fee n Jesucristo y en Su Expiación. La consecuencia natural es que ‘siempre os regocijaréis, y seréis llenos del amor de Dios y siempre retendréis la remisión de vuestros pecados; y aumentaréis en el conocimiento de la gloria de aquel que os creó’” (Mosíah 4:12).

Al finalizar, el élder Renlund invitó a los maestros a hacer un autoanálisis de la manera en que enseñan al hacerse las siguientes preguntas:

• “¿Está mi enseñanza centrada en Jesucristo?
• “¿Enseño con testimonio y amor?
• “¿Busco establecer relaciones duraderas con mis estudiantes?
• “¿Ayudo a los estudiantes a encontrar las respuestas a sus propias preguntas en lugar de dejarlos con más preguntas?
• “¿Soy un ejemplo de corazón blando al expresar mi gratitud a Dios y permanecer firme en la fe?
• “¿Qué aprenden mis estudiantes de mi ejemplo y de mi enseñanza?”

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