Poco después de un comunicado de prensa publicado el 25 de febrero de 2021 en el que se anunciaba el compromiso de Servicios Caritativos de los Santos de los Últimos Días (Latter-day Saint charities) de 20 millones de dólares en apoyo de la respuesta mundial al COVID-19 de UNICEF, Gérald Caussé, Obispo Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, lanzó un video hoy. En él, agradece a UNICEF por la asociación y expresa su gratitud al equipo y la organización de UNICEF. “Han hecho mucho para cuidar a los niños y ayudarlos a ellos y a sus familias a satisfacer sus necesidades básicas y desarrollar su potencial”, dijo. También agradeció "a los miembros de nuestra Iglesia y amigos, que han hecho posible esta donación a través de sus generosas contribuciones".
Vea el video de agradecimiento de dos minutos con subtítulos en español.
Texto del video:
Mientras observaba cómo se desarrollaban los eventos del año pasado, he quedado impresionado por las dificultades sin precedentes y los desafíos que amenazan y alteran la vida debido a la pandemia del COVID-19. Sabemos que los más afectados son los niños y sus familias en comunidades vulnerables. Al esforzarnos por seguir a Jesucristo, aceptamos el mandamiento de amar a nuestro prójimo y ayudar a los necesitados.
Durante muchos años, Latter-Day Saint Charities, el brazo humanitario de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ha trabajado junto con UNICEF en nuestro compromiso compartido de bendecir y proteger a los niños y sus familias en todo el mundo. Una de las mejores cosas que podemos hacer por los niños es asegurarnos de que sus padres se mantengan saludables.
Nos complace ofrecer una donación de 20 millones de dólares a UNICEF para apoyar el proyecto mundial COVAX, que busca proporcionar 2 mil millones de dosis de vacunas COVID-19 a poblaciones vulnerables y trabajadores de la salud en más de 90 países en desarrollo.
Esta donación se suma a más de mil proyectos adicionales de ayuda ante el COVID-19 que la Iglesia y sus miembros han apoyado en 152 países, y representa una pequeña parte de los esfuerzos actuales y futuros para aliviar el sufrimiento en todo el mundo.
Agradecemos a los miembros de nuestra Iglesia y amigos, que han hecho posible esta donación a través de sus generosas contribuciones al fondo humanitario de la Iglesia.
También expresamos nuestro agradecimiento a la organización UNICEF y su equipo. Han hecho mucho para cuidar de los niños y sus familias al ayudar a satisfacer sus necesidades básicas y desarrollar su potencial.
Como miembros de una comunidad global, tenemos la esperanza en nuestros corazones, no solo de superar la pandemia, sino de ver un futuro mejor para todos los niños, sus padres y sus familias. Este futuro se convierte en una realidad si seguimos el ejemplo de Jesucristo al amar a nuestro prójimo y buscar a los necesitados.