En su funeral, el cual se llevó a cabo el viernes 17 de noviembre de 2023 en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, el presidente M. Russell Ballard fue recordado por sus amigos y familiares como un devoto discípulo de Jesucristo y un hombre fervientemente centrado en su familia.
“Sería imposible medir la influencia positiva del presidente Ballard durante su paso por la vida terrenal”, dijo la Primera Presidencia en una declaración que leyó el Primer Consejero, el presidente Dallin H. Oaks. “Como joven misionero en Gran Bretaña, como presidente de misión en Toronto y como Autoridad General, ha recorrido el mundo muchas veces, enseñando y testificando de Jesucristo y de la restauración de Su Evangelio. Ha sido un valiente guerrero de la verdad”.
- DSCF3623.JPG
- DSCF9543.JPG
- DSCF9533.JPG
- DSCF3447.JPG
- DSCF3672a.JPG
- 20231117_113545_CPowell_CEP9648.JPG
- DSCF9316.JPG
- DSCF9378.JPG
- 20231117_114840_CPowell_CEP9779.JPG
- DSCF4295.JPG
- DSCF4452.JPG
- DSCF4807.JPG
- DSCF4642.JPG
- DSCF6167.JPG
- DSCF4980a.JPG
- DSCF5319.JPG
- DSCF5895.JPG
- DSCF5655.JPG
- 20231117_114736_CPowell_CEP9759.JPG
- DSCF9458.JPG
1 / 2 |
La Primera Presidencia y otras personas destacaron los casi 50 años de servicio a tiempo completo que el presidente Ballard dedicó a la Iglesia y su función primordial en la versión original de “Predicad Mi Evangelio”, además de sus dones como líder para promover la unión, resolver problemas y como consejero y mentor.
“El presidente Ballard y yo nos sentamos juntos en las reuniones del Cuórum de los Doce Apóstoles durante casi 33 años”, dijo el presidente Oaks. “El presidente [Henry B.] Eyring tenía una estrecha relación con el presidente Ballard desde hacía unos 40 años. ¡El presidente Nelson conocía al presidente Ballard desde hacía más tiempo que cualquiera de nosotros! Cada uno de nosotros amó a este hombre, fuimos inspirados por su ferviente testimonio, aprendimos de sus muchas y grandiosas cualidades de liderazgo y fuimos bendecidos por su influencia en toda la Iglesia”.
El presidente Jeffrey R. Holland, sucesor del presidente Ballard como líder del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo que su relación con el presidente Ballard comenzó en el otoño de 1990. El élder Holland era un nuevo Setenta Autoridad General en el Área Europa Norte de la Iglesia y el presidente Ballard era su primer contacto.
Mientras “lloraba” y “suplicaba tener paz y la certeza” de que tendría éxito en su asignación, el élder Holland dijo que escuchó una voz.
“Jeffrey, esta es mi obra, no la tuya, así que regocíjate en los arreglos que Yo decido hacer”, dijo la voz. “Me merecía eso”, dijo el élder Holland, “pero entonces escuché lo increíble: ‘Russell Ballard será uno de los mejores amigos que tendrás en este mundo. Disfrutarás de su compañía y buscarás su consejo el resto de tu vida’”.
“Esa respuesta breve, inolvidable e inesperada a mi oración se ha cumplido con creces en cada detalle más de mil veces, mucho más de lo que puedo expresar esta mañana”, dijo el élder Holland.
El presidente Ballard visitó o llamó todos los días al presidente Holland durante su reciente estadía de cinco semanas en el hospital.
“¿De qué manera se le agradece a un hombre por eso?”, dijo el presidente Holland. “Desde entonces he tratado de hacerlo, en parte con visitas y llamadas recíprocas todos los días durante las últimas dos o tres semanas de su vida. Gracias a esta extraordinaria familia, tuve la oportunidad de darle un beso en la mejilla por última vez solo unas horas antes de que falleciera”.
El élder Quentin L. Cook, otro colega del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo que fue un gozo unirse al presidente Ballard y al presidente Holland en un viaje hace dos años a las Islas Británicas. (El élder Holland y el élder Cook sirvieron juntos en la Misión Británica, la misma misión en la que había estado el presidente Ballard 12 años antes). El élder Cook dijo que el tiempo en el que preparó ambas versiones de “Predicad Mi Evangelio” (2004 y 2023) con el presidente Ballard fue uno de los momentos más memorables de su vida.
“El presidente M. Russell Ballard fue un mentor para cada uno de nosotros en el Cuórum, y para muchas personas más”, dijo el élder Cook. “Amablemente él tendía puentes entre las personas, tenía un gran sentido del humor y era amable con todos. Era sabio y trataba de simplificar las cosas. Era inclusivo e invitaba a todos a su círculo. Demostraba gran carácter e integridad en cada aspecto de su vida. Su testimonio personal del Salvador era fuerte e inquebrantable. Estoy eternamente agradecido de haber sido bendecido por el poder de su testimonio”.
También hablaron dos de los siete hijos del presidente Ballard. Su hijo Craig dijo que el presidente Ballard estuvo sirviendo a los demás hasta sus últimas horas.
“Dos días antes de fallecer, estaba convencido de que iría a la oficina ese lunes”, dijo Craig. “La última bendición que dio fue a alguien cuando él estaba internado en el hospital. Así era él”.
“Antes de fallecer, a menudo nos decía: ‘Todavía tengo algunas cosas que hacer’”, agregó Holly Clayton, una de sus hijas.
“Papá nos conmovía el alma”, dijo Craig. “Él nos enseñó cómo vivir y compartir el Evangelio de Jesucristo por medio de los 88 discursos que dio en la conferencia general y un sinnúmero de otros sermones. Mi papá no solo predicaba la palabra, sino que la vivía todos los días. En verdad amaba a las personas de todo el mundo y les ayudaba a progresar dondequiera que estuvieran a lo largo de la senda de los convenios.
Eso era especialmente cierto en su función como padre. Otra de las muchas bendiciones que dio fue a Holly hace unos años, después de que le diagnosticaran cáncer.
“Papá estaba devastado”, dijo Holly. “Reunió a la familia para que ayunaran y oraran por mí. Me hallaba en un mundo de temor e incertidumbre. Cuando llegó la noche de la bendición, me puso las manos sobre la cabeza y ofreció una dulce oración, suplicando al Señor una bendición de fortaleza, paz y sanación para mí”.
La devoción del presidente Ballard a su familia se demostró de otras maneras importantes, dijo Holly. Por ejemplo, cuando una de sus hijas que tenía un bebé estaba a punto de conducir de regreso a San Diego sola desde Utah (su esposo estaba desplegado en la Marina), él se aseguró de que regresara a salvo.
“Cuando llegó el momento de regresar, papá no quiso que ella condujera sola a casa”, dijo Holly. “Estaba asignado a una conferencia de estaca ese fin de semana, pero le dijo: ‘Encontré a alguien que se ocupará de la conferencia y yo te llevaré a casa’”.
Holly dijo que Barbara, su madre, y esposa del presidente Ballard (quien murió en 2018), era todo para él.
“Se llamaba a sí mismo el hombre más afortunado del mundo por haber ganado su corazón”, dijo Holly. “Él constantemente nos recordaba que su mejor trabajo de ventas había sido conquistarla a ella. A veces, en los últimos años, incluso bromeaba diciendo que si mamá estuviera en el cielo sin él demasiado tiempo, ¡podría encontrar a otra persona que le gustara más! Mamá siempre ha sido y sigue siendo su reina”.
“Queremos vivir a la altura del ejemplo de nuestro padre y de nuestra hermosa madre”, concluyó Holly. “Para cada uno de sus siete hijos y sus cónyuges, papá siempre fue un padre ante todo, y cada uno de sus 43 nietos lo conocía mejor como su abuelo…
“¡Te amamos, papá! ¡Lleva a mamá a bailar!”
- DSCF9814.JPG
- DSCF9849.JPG
- DSCF0251.JPG
- DSCF0487.JPG
- DSCF0271.JPG
- DSCF0181.JPG
- DSCF0069.JPG
- DSCF0554.JPG
1 / 2 |