4k-Oaks-Stills-08.jpg
Nota de prensa

El presidente Oaks y el presidente Holland conversan sobre los 150 años de la Universidad Brigham Young

BYU promueve “los ideales, las enseñanzas y los valores del Evangelio de Jesucristo”, afirma el profeta

Dos antiguos rectores de la Universidad Brigham Young se sentaron a reflexionar sobre la influencia y la historia de dicha institución al conmemorarse los 150 años desde su fundación en octubre de 1875.

El presidente Dallin H. Oaks, líder de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se unió al presidente Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en esta conversación. Desde un estudio de grabación en la Manzana del Templo en septiembre, hablaron de la influencia que BYU ejerció en ellos como alumnos y líderes, de la obligación espiritual y la misión educativa de la universidad y de la creciente presencia de mujeres en sus escuelas profesionales. Ambos son graduados de esta universidad y expresaron su profunda gratitud por su educación en BYU y por el liderazgo profético de la institución.

La obligación espiritual y la misión educativa de BYU

El presidente Holland hizo hincapié en la obligación espiritual de BYU, describiéndola como una universidad fundada en la creencia de que los alumnos son hijos de Dios.

“Es una universidad. Vamos allí con el propósito de estudiar y obtener títulos, y hay de todo: desde Arte hasta Zoología. Pero en todo ello subyace un fundamento y un lema, y es que estos son hijos de Dios”, dijo el presidente Holland. “Debemos enseñarles para la eternidad. ‘Educación para la eternidad’ es una frase que usamos”.

El presidente Oaks reflexionó sobre el desafío que tuvo durante su administración, entre 1971 y 1980, de equilibrar las responsabilidades espirituales y académicas.

“Viniendo, como venía, de ser profesor de Derecho en una gran universidad, no tenía experiencia en equilibrar lo espiritual”, dijo el presidente Oaks, quien enseñó durante diez años en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago. “Conocía los demás aspectos [de la administración universitaria], pero para mí fue un desafío asegurarme de que el termómetro registrara la temperatura espiritual durante todo el tiempo que serví en BYU”. Creo que [actualmente] la universidad lo hace mucho mejor de lo que yo, dentro de mis dificultades, intenté hacerlo”.

4k-Oaks-Stills-01.jpg
4k-Oaks-Stills-01.jpg
El presidente Dallin H. Oaks, quien fuera rector de la Universidad Brigham Young, habla sobre el 150 aniversario de BYU desde un estudio de grabación en la Manzana del Templo en septiembre de 2025.© 2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
Download Photo

Los dos líderes afirmaron que dos influencias espirituales significativas de BYU son las congregaciones de alumnos y la presencia de exmisioneros (incluidos aquellos que aprendieron otros idiomas) y de alumnos que se preparan para ser misioneros.

“Esa es una gran ventaja que tienen nuestras instituciones del Sistema Educativo de la Iglesia en cuanto a la calidad de la educación que pueden ofrecer”, dijo el presidente Oaks.

Cambios demográficos

El presidente Holland, quien dirigió BYU desde 1980 hasta 1989, señaló que más de la mitad de los alumnos de BYU en la actualidad son mujeres, y el presidente Oaks añadió que lo mismo se aplica a la demografía de la Facultad de Derecho de BYU.

“Cuando me matriculé en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago en 1954, solo había dos o tres mujeres entre los aproximadamente cien alumnos. Ahora ellas constituirían la mayoría de los inscritos”, dijo el presidente Oaks.

El líder de la Iglesia también destacó el número de antiguos alumnos vivos, que ha aumentado de 125 000 a 466 000 en los últimos cincuenta años.

Programas deportivos y labores humanitarias

El presidente Holland habló del enorme apoyo de los antiguos alumnos a los programas deportivos, el cual ha sido reconocido por comentaristas de los principales servicios de radiodifusión.

“No creo que haya ninguna institución académica en los Estados Unidos que cuente con el respaldo inherente de los antiguos alumnos y el apoyo visible a los deportistas que BYU tiene allá donde va, en cantidad y en calidad”, dijo el presidente Holland.

También elogió la habilidad y la devoción de los entrenadores y el personal.

“Están mejorando en todos los sentidos, sobre todo en el cumplimiento de las normas y en la habilidad con la que alcanzan posiciones cada vez más altas en las clasificaciones nacionales correspondientes”, agregó el presidente Holland.

El presidente Oaks destacó la importante labor humanitaria que se lleva a cabo cuando el equipo de fútbol viaja para disputar partidos. Transforman la competencia en una colaboración para ayudar a los necesitados.

“Se convierten en colaboradores en proyectos humanitarios [y] en otras iniciativas que la institución académica local desee promover”, dijo el presidente Oaks. “Y esa activa comunidad de antiguos alumnos de BYU, junto con la cooperación del equipo, apoyan a la institución académica local”.

El presidente Holland agregó: “Eso ha evitado que algunos problemas potenciales llegaran a serlo, porque los rectores pudieron hablar entre sí”.

Reflexiones personales y gratitud

El presidente Holland habló de dos decisiones cambiaron su vida para siempre: una de ellas fue servir una misión para la Iglesia; la otra, matricularse en BYU.

“Mi vida cambió como un tsunami”, dijo el presidente Holland. “Fue un antes y un después en mi vida, y tuvo consecuencias eternas”.

Por su parte, el presidente Oaks afirmó que fue en BYU donde aprendió “cómo leer, escribir, juzgar y utilizar mi tiempo en el proceso de aprendizaje”. También “recibí una mayor comprensión del Evangelio en las diversas clases de religión que tomé”.

“BYU es la universidad del Señor, porque fue fundada por un profeta”, dijo el presidente Oaks para concluir. “Hasta el día de hoy se ha mantenido bajo un liderazgo profético, y da la más alta prioridad a sus alumnos, a su profesorado, a su administración y a su posición en la comunidad para promover los ideales, las enseñanzas y los valores del Evangelio de Jesucristo”.