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El surgimiento de Salt Lake City, la sede central de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

 Durante más de un siglo y medio, la gente ha relacionado Salt Lake City, Utah con la organización religiosa que fundó la ciudad en 1847. Lo que entonces era un remoto lugar de refugio, hoy día es la sede mundial de una fe en aumento con miembros en la mayoría de los países.

Pero antes de establecerse al pie de las Montañas Rocosas en el estado de Utah, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días luchó por encontrar un hogar en los estados del este de los Estados Unidos.

Durante los albores de la Iglesia, casi desde el momento de su organización oficial en abril de 1830 en una pequeña granja del estado de Nueva York, José Smith, comenzó a enviar misioneros para compartir el mensaje de que la antigua Iglesia de Jesucristo había sido restaurada.

En esa época se alentaba a los conversos a viajar a los Estados Unidos para unirse a los miembros de allí y edificar su propia "Sión", un término bíblico usado para sugerir una ciudad de Dios en una tierra prometida.

Aquellos conversos contribuyeron también a avivar la creciente oposición que padecía la Iglesia, ya que los lugareños y sus representantes políticos comenzaron a sospechar de los motivos del rápido crecimiento de la Iglesia y a sentirse incómodos con su potencial poderío político lo que produjo una implacable persecución.

A fin de huir de la agitación, los miembros de la Iglesia se desplazaron de Nueva York a Ohio, de ahí a Misuri y posteriormente a Illinois. En 1839 los Santos de los Últimos Días establecieron la comunidad de Nauvoo en un inhóspito lugar de Illinois. Hacia 1844, Nauvoo era una de las ciudades más grandes de Illinois, con una población que competía con la de Chicago. Pero el creciente clima de sospechas y la ansiedad de las poblaciones vecinas derivaron en agitación y recelo.

En lo más intenso de los tumultos y persecución en Nauvoo , José Smith y su hermano Hyrum fueron asesinados en Carthage, Illinois, por un populacho armado. Desolados por la pérdida de su líder, los miembros de la Iglesia se prepararon para un ataque inminente de sus enemigos.  Los líderes de la Iglesia supieron que nuevamente deberían enfrentar un traslado, sólo que esta vez sería uno de los más audaces y visionarios de la historia de los Estados Unidos.

Brigham Young sucedió a José Smith como líder de la Iglesia, por ser el miembro con más antigüedad del Quórum de los Doce Apóstoles, cuerpo gobernante de la Iglesia.

 En febrero de 1846 guió a los Santos de los Últimos Días a través de un helado río Misisipi hacia el territorio de Iowa. El año siguiente lo pasaron en un lugar denominado Winter Quarters (Cuarteles de Invierno), un asentamiento temporal a unas 300 millas de Nauvoo en lo que actualmente es Florence, Nebraska, a orillas del río Misuri.  Algunos Santos de los Últimos Días nunca abandonaron Winter Quarters. Su cementerio alberga a muchos de los más de 600 que fallecieron a causa de la intemperie, el hambre y la enfermedad.

Yendo en pos de la visión inicialmente expresada por José Smith, Brigham Young preparó a su pueblo (unas 17,000 almas por ese entonces) para un trayecto histórico de cerca de 2, 000 kilómetros desde Nauvoo, hasta lo que es hoy el estado de Utah. Confiaban en que en la estéril y desolada zona les permitiera ser libres para criar a sus familias y adorar a Dios sin padecer persecución alguna.

El grupo de pioneros partió de Winter Quarters a comienzos de la primavera de 1847 y llegó al valle del Gran Lago Salado el 24 de julio de 1847. Desde una colina, Brigham Young estudió la zona brevemente y anunció: "Éste es el lugar. Sigamos adelante".

Los refugiados no tardaron en levantar unos refugios y preparar el terreno para cosechar. Los pioneros desviaron el curso del arroyo City Creek para regar el árido terreno y plantar patatas, maíz, trigo y habas durante la primera semana. Sabían que la estación ya estaba avanzada, pero deseaban ver qué cultivos se darían bien.

Tras explorar brevemente la zona, los líderes de la Iglesia ubicaron el lugar del Templo de Salt Lake, Utah y la ciudad se desarrolló a partir de este punto central. Salt Lake City se proyectó para ser espaciosa y ordenada. Se delimitaron manzanas de 4 hectáreas con calles en ángulo recto con espacio suficiente para que un tiro de caballos y su carreta pudieran girar sin dificultad. También se calificaron cuatro manzanas de 4 hectáreas como terrenos públicos.

Además de las cabañas de troncos y lo que sería un fuerte, los pioneros levantaron una enramada de 9 x 12 metros, la cual sirvió tanto como lugar de adoración como de centro comunitario. No tardaron en llegar más grupos de carromatos y para el otoño la población del valle ascendía a 2,000 personas. Hacia finales de 1848 se había más que doblado: ya eran 5,000.

                   Levantar una ciudad de la nada resultó ser un esfuerzo extenuante y los primeros años se caracterizaron por la pobreza y el hambre. Sin embargo, los Santos de los Últimos Días creían que Dios había preparado este lugar para ellos, y que el desierto florecería y daría abundantemente.

La ruta pionera a Utah fue una de las emigraciones religiosas más grandes de la historia. Fue un movimiento organizado y una forma de encontrar un lugar de refugio donde los Santos de los Últimos Días pudieran practicar su religión sin intromisión alguna.

Bajo la dirección de Brigham Young, la comunidad trabajó para ser autosuficiente. Eran creativos y estaban organizados. En el otoño de 1847 se construyó un molino y se abrió la primera escuela. La primavera de 1848 presenció el cultivo de 2,000 hectáreas de tierra, regadas por un sistema de canales de riego por aspersión. Entre las primeras actividades que surgieron estaban una curtiduría, un horno, varios aserraderos y una fundición.

En 1849 fracasó un intento de que el territorio de los miembros  fuera admitido en los Estados Unidos, pero en 1850 se lo reconoció como Territorio de Utah, con el Presidente de la Iglesia, Brigham Young, como gobernador del territorio. Esta nueva condición trajo a Salt Lake City una oficina de correos estatal y marcó el inicio de inversiones empresariales ajenas al territorio y de personas que no eran miembros de la Iglesia.

La fiebre del oro de California (1849--1851) fue un gran momento económico ya que los buscadores que se dirigían al Oeste se detenían en Salt Lake City para adquirir animales, alimentos y otras provisiones.

La ciudad creció rápidamente mientras los miembros de la Iglesia procedentes de todo el mundo se abrían camino hasta el valle del Lago Salado. En 1850 la ciudad se extendía por una superficie de 3,000 hectáreas cuadradas. El primer diario de la ciudad, el Deseret News, vio la luz ese año y los santos establecieron también la Universidad de Deseret (actualmente la Universidad de Utah).

                   Durante las décadas de 1850 y 1860, la ciudad comenzó a madurar y aquellas primitivas casas de troncos, adobe y piedra dieron paso a construcciones más sustanciales de ladrillo. En la década de 1850, los líderes cívicos motivaron a los ciudadanos a esforzarse por embellecer la ciudad y plantar árboles en sus calles.

En 1860 Salt Lake City acogía a 8,200 personas, número que aumentó hasta las 12,800 de 1870, cuando el censo señaló que el 65 por ciento de la población no había nacido allí. Cuando Utah recibió su condición de estado el 4 de enero de 1896, se calcula que Salt Lake City tenía una población próxima a las 50,000 personas.

Más de 100 años más tarde, los recién llegados a Salt Lake City, así como los que la visitan, presencian algo completamente diferente a lo que una vez fuera un valle aislado. Actualmente Salt Lake City es una ciudad en expansión que no da señales de aminorar. Sin embargo, el legado pionero de la ciudad sigue siendo obvio: en su corazón se yergue el Templo de Salt Lake como un recordatorio sereno de los primeros santos que levantaron la ciudad con fe en Dios y el sueño de una vida mejor.

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